Las reuniones mundiales sobre el cambio climático y la carabina de ambrosio
José Luis Camacho Acevedo.
La Cumbre de Glasgow COP26 (Por sus siglas en inglés COP26 quiere decir Conferencia de las Partes número 26, es decir que será la vigésimosexta reunión de los países desde la que fue llamada Cumbre de la Tierra, celebrada en Brasil en 1992) iniciará el próximo 1 de noviembre con muy malos augurios.
Los comunicados de prensa provenientes de los países más contaminantes como China, Rusia y la India pronostican que los mandatarios de esas naciones no asistirán a la reunión de Glasgow. El argumento de esos estados es el hecho de que la Cumbre se ha politizado y es un esfuerzo de reposicionamiento del presidente de Estados Unidos Joe Biden, cuya popularidad ha sufrido una baja muy sensible desde los días de gloria en los que derrotó a Donald Trump.
Lo cierto es que en México ahora los profesionales del antilopezobradorismo le han empezado a cargar el bulto de que es un “grave error” no asistir a la reunión de Glasgow.
Lo que necesita el mundo para lograr de verdad una reversión de los efectos del cambio climático (ya se ha anunciado que en estas fechas la temperatura global ha tenido un incremento de poco más de dos grados) es una inversión multimillonaria que ninguna de las grandes potencias están dispuestas a derrochar esas fabulosas cifras de dinero sin el consecuente enojo de sus gobernados que seguramente, como ocurre en México, tienen otras urgencias de salud, de empleo y de seguridad que reclaman ese numerario para enfrentarlos.
Ciertamente no se puede ser irresponsable con un fenómeno que amenaza seriamente el habitat futuro de las generaciones venideras.
Pero tratar de colgarle otro milagrito al ya de por sí vilipendiado de López obrador, no es sino una muestra de politiquería barata.
Hay que generar conciencia de los efectos nocivos de la contaminación que padece la tierra por muy diferentes propulsores de venenos. Ojalá y la reunión de Glasgow arroje resultados más concretos que las 25 pasadas del fantasmal grupo de la COP, que se me antojan ser algo así como el grupo de Gustavo de Hoyos y Claudio X. González que parecen un tren que nadie sabe de dónde sale y menos conoce el destino de a dónde va a llegar.
EN TIEMPO REAL.
1.- En Quintana Roo la disputa por la gubernatura se está poniendo muy caliente. A la que hasta hace unos días se consideraba como segura ganadora de los comicios del próximo año, Mara Lezama, alcaldesa de Cancún, se le apareció de pronto Roberto Palazuelos quien en menos de dos semanas ya está colocado a solo 4 puntos de distancia de Mara en las encuestas más confiables. ¿El Diamante Negro será el nuevo Samuel García de Movimiento Ciudadano?
2.- Espléndida y contundente entrevista la que le hizo Carlos Marín al director de la facultad de Derecho de la UNAM, Doctor Raúl Contreras Bustamante. El veracruzano fue claro en relación al papel que la Máxima casa de Estudios cumple en la formación de los jóvenes mexicanos.
3.- Sigue fuerte la versión de que Jaime Bonilla asumirá solamente dos meses su escaño en el senado de la república para después convertirse en el nuevo director de la CFE en sustitución de Manuel Barttlet quien ya se ve muy cansado. Es muy fuerte ese rumor desde que el presidente López Obrador dijo en su última gira por Baja California que Bonilla sería un integrante del gabinete, “en donde él quisiera”.
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