Claudia Sheinbaum asume la presidencia de México, prometiendo continuidad en la transformación

Claudia Sheinbaum asume la presidencia de México, prometiendo continuidad en la transformación

Claudia Sheinbaum Pardo se ha convertido en la primera mujer en asumir la presidencia de México, un hito histórico en más de dos siglos de vida republicana. A sus 62 años, Sheinbaum, científica y política de izquierda, fue investida en una ceremonia solemne en la Cámara de Diputados, rodeada de legisladores, funcionarios y dignatarios internacionales. En un acto cargado de simbolismo, la banda presidencial le fue entregada por la destacada diputada Ifigenia Martínez, pionera del movimiento izquierdista en México.

Durante su primer discurso, Sheinbaum aseguró: "Gobernaré para todas y todos, poniendo mi conocimiento, fuerza e historia al servicio del pueblo y la patria". También reafirmó su compromiso con la justicia para las mujeres, destacando que su llegada al poder es fruto de una lucha colectiva. "Después de 503 años de historia, las mujeres llegamos a la presidencia. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas", enfatizó. En su intervención, además, hizo un llamado a usar términos femeninos como “presidenta”, abogando por la importancia del lenguaje inclusivo.

Sheinbaum sucede a Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena y referente de la izquierda mexicana, quien culmina su mandato con una popularidad cercana al 80%. Durante la ceremonia, Sheinbaum elogió a su predecesor, calificándolo como "uno de los más grandes dirigentes de la historia moderna de México", comparándolo solo con Lázaro Cárdenas. López Obrador, presente en el recinto, fue ovacionado por los legisladores con gritos de “¡Es un honor estar con Obrador!”, mientras Sheinbaum le agradecía por su legado y por "devolver la esperanza y la alegría al pueblo".

En su discurso, Sheinbaum también resaltó los logros del sexenio saliente en términos económicos y sociales, llamando a la oposición a una reflexión objetiva sobre los avances de los últimos seis años. La nueva mandataria prometió respetar la autonomía del Banco de México, proteger las inversiones nacionales y extranjeras, y fomentar el desarrollo económico con una perspectiva sostenible, especialmente a través de la relocalización de industrias.

En cuanto a la polémica reforma al Poder Judicial, impulsada por López Obrador en su último mes de mandato, Sheinbaum defendió su legitimidad, subrayando que su objetivo es democratizar el sistema y eliminar la corrupción. Aunque la mayoría de los ministros de la Suprema Corte se mantuvieron en silencio, la presidenta Norma Piña, jefa del máximo tribunal, recibió un gesto de conciliación por parte de Sheinbaum, marcando un contraste con la relación tensa que mantuvo López Obrador con el Poder Judicial.

La investidura estuvo marcada por un ambiente polarizado. Los legisladores del PAN, principal partido de oposición, vistieron de negro en señal de protesta, mientras que los partidarios del oficialismo celebraban la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación iniciado por López Obrador. El simbolismo de la jornada, con las filas de legisladores que se formaron para saludar tanto a López Obrador como a Norma Piña, reflejó la división en el país.

Claudia Sheinbaum, primera presidenta en la historia de México, enfrenta ahora el desafío de construir sobre los cimientos de la administración de su predecesor, prometiendo llevar a cabo lo que ella misma ha llamado "el segundo piso de la Cuarta Transformación".

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