Ifigenia Martínez testigo y protagonista en la Investidura de la primera presidenta de México
A sus 94 años, Ifigenia Martínez Hernández ha sido parte y testigo de un momento histórico en la política mexicana: la investidura de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta del país. En una ceremonia llena de simbolismo, Martínez fue la encargada de entregar la banda presidencial a Sheinbaum, un gesto que refleja el importante legado de la economista y política de izquierda. A lo largo de seis décadas, Martínez ha jugado un papel crucial en la vida pública de México, destacándose en la economía, la academia, la diplomacia y la política. Fue la primera mexicana en obtener una maestría en Economía en la Universidad de Harvard y es cofundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el bastión de la izquierda mexicana por años.
Durante el movimiento estudiantil de 1968, Martínez se opuso con firmeza a la represión gubernamental, como directora de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, lo que la llevó a ser encarcelada brevemente. Posteriormente, su trayectoria la llevó a fundar el PRD junto a líderes como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, buscando romper con la hegemonía del PRI, partido en el que militó durante dos décadas.
Martínez ha ocupado múltiples cargos legislativos, siendo diputada y senadora en repetidas ocasiones. En 1988, se convirtió en la primera mujer en representar a la Ciudad de México en el Senado, un hito en la lucha por la equidad de género en la política. En 2021, fue reconocida con la Medalla Belisario Domínguez, el más alto honor otorgado por el Estado mexicano, destacando no solo su contribución académica, sino también su lucha por la justicia social y la equidad.
Cuando Andrés Manuel López Obrador fundó el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Martínez lo apoyó, manteniéndose cercana a la Cuarta Transformación y, más recientemente, a Sheinbaum. La nueva presidenta ha elogiado en múltiples ocasiones a Martínez, describiéndola como una pionera que ha abierto puertas a generaciones de mujeres. Durante las elecciones, Sheinbaum reveló que votó simbólicamente por Ifigenia como un homenaje a su legado.
Martínez celebró el triunfo de Sheinbaum como un logro histórico para las mujeres. “Fui pionera en 1988 como parte de la corriente democrática, y ahora ver a Claudia Sheinbaum como presidenta de México me llena de orgullo”, expresó en un comunicado. Para ella, la transmisión de poder del 1 de octubre es un hito, especialmente para las mujeres. Como presidenta de la Cámara de Diputados, Martínez tuvo el honor de colocar la banda presidencial a Sheinbaum, un acto que consideró un reflejo de la larga lucha de las mujeres por ocupar los espacios que históricamente se les habían negado.
Durante la ceremonia, debido a su avanzada edad, Martínez utilizó oxígeno auxiliar y contó con la asistencia de López Obrador para mantenerse en pie y realizar la entrega de la banda. Aunque el protocolo indicaba que ella debía colocar la banda a Sheinbaum, finalmente fue asistida por una oficial del ejército, también mujer, en un acto simbólico de la fuerza femenina en la nueva etapa de la vida pública mexicana.
El protagonismo de las mujeres en esta investidura fue evidente: desde la comitiva de legisladoras que recibieron a Sheinbaum, hasta la presencia en tribuna de Ifigenia Martínez y Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte, flanqueadas por mujeres del ejército. En un día histórico, las mujeres tomaron el centro de la escena en el Congreso de la Nación.
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