Los jóvenes tenemos la obligación de rescatar a méxico del fondo del abismo en que lo tiene el actual gobierno: Hugo Medina Rojas.
Por Edmundo Cázarez C
-Primera de dos partes-
Para Hugo Aldair Medina Rojas jugar en la cancha del Estadio Azteca, a los trece años de edad, como integrante de la Liga Infantil del América lo transformó en un pequeño ”don Quijote” o en un intrépido gladiador que se enfrentaba a un gigantesco enemigo, que al voltear la vista hacia arriba del majestuoso inmueble -mudo testigo de infinidad de hazañas deportivas-, afirma que le parecía escuchar desde los palcos y tribunas que le gritaban “Hugo, Hugo, Hugo” Sin lugar a dudas, este pequeño ariete reafirmaba su amor y pasión por el futbol y obedecía lo que le dictaba su corazón: “Llegar a convertirse en un gran futbolista” Inclusive, el destacado director técnico Miguel “El Piojo” Herrera, lo consideraba como una promesa del futbol por su rapidez y talento, desafortunadamente, una inesperada, lamentable y aparatosa caída en las escaleras del “Nido de las Águilas”, lo mantuvo fuera de toda actividad deportiva.
A la distancia de 7 años y totalmente recuperado, Hugo Medina no se da por vencido, así es que, por iniciativa propia, apoyado por vecinos y amigos decide invertir su tiempo y conocimientos, entrenando a niños y adolescentes que se sienten atraídos por el balompié, pero también, alejarlos del mundo de las drogas.
Dice el refrán: “El que persevera, alcanza” Hugo no pierde la esperanza de hacer realidad su sueño: pertenecer a Fuerzas Básicas de un equipo de primera división, poniendo énfasis en Pumas, Cruz Azul o el América, este último, en donde dejó una grata imagen durante su paso por la Liga Infantil. Con el corazón en la mano expresa: “Para ingresar a cualquier equipo, me piden muchísimo dinero y palancas, me parte el corazón porque lo único que puedo aportar es mi amor, entrega, respeto y talento. Yo no entiendo por qué, ningún equipo de primera división, se rehúsa incorporar a sus filas a verdaderos talentos que hay en Fuerzas Básicas, sino que prefieren erogar millones de pesos en la contratación de jugadores extranjeros”
Asimismo, sostiene que ser pobre no es delito, al contario, lo expresa con mucho orgullo. A lo mero macho, platicar con él, es contagiarse de la claridad y franqueza que transmite en cada una de sus palabras, así como la armonía existente entre su mentalidad y pensamiento, denotando ese coraje y deseo que tiene por seguir adelante. Argumenta que, por cosas de la vida, le tocó ser el más chico de los tres hermanos que conformaron una muy humilde familia, pero, con sobrado orgullo, nos comparte que su papá en un principio, se dedicaba a la albañilería, pero ahora, es chofer de un autobús turístico, mientras que su mamá es educadora en un preescolar.
A punto de cumplir 18 años de edad, dejar de ser niño y convertirse en un ciudadano, se muestra preocupado por todo lo que está ocurriendo en el país, y aclara que no le gusta hablar de política porque no es lo suyo. En esta primera parte de la entrevista con EL UNIVERSAL, afirma: “Los jóvenes tenemos la obligación y el compromiso de rescatar a México desde el fondo del abismo ensangrentado en que lo tiene sumido el actual gobierno. Somos millones de nuevos ciudadanos que iremos a votar por primera vez y será por un país mejor. Ese debe ser nuestro principal objetivo. Qué bueno que una mujer vaya a conducir los destinos de nuestra querida nación. A los jóvenes nos toca tomar esa difícil decisión, así es que hagamos equipo por el bien de todos, pero, por favor, no más de lo mismo. Tenemos un país grandioso, no permitamos que se derrumbe por completo. Que no se les olvide, México es de nosotros los jóvenes también”
Entrevistado en el interior de un bellísimo inmueble que ocupa la Casa de Cultura de Texcoco, se muestra sumamente sencillo, educado y amable en su trato, pero a la vez, un tanto cohibido al confesar que es la primera vez en su vida que lo entrevistan. Un chico alegre, simpático. Su atuendo combina a la perfección con su forma de ser, una chamarra de mezclilla color negro, una playera blanca con dibujos estampados de su caricatura favorita Dragon Ball, pantalón de mezclilla gris con orificios que dan testimonio del paso del tiempo, pero eso sí, tenis blancos perfectamente limpios.
-¿Quién es Hugo Aldair?
-¡Pues yo!!... ja, ja, ja.
-¿Cómo le va en la vida?
-Chido, la verdad, es que le va muy chido…
-¿Qué edad tienes?
-El 14 de febrero estaré cumpliendo 18 años de edad. Creo que mis papás me hicieron con mucho amor, chance, le dieron una lana a la cigüeña para que me trajera el Dia del amor y la amistad… El día de los novios… ja, ja, ja…
-¿Cómo te cae Hugo Aldair?
-Es buena onda el chavo, le gusta ayudar a los demás, hasta le encanta ponerse retos y arriesgarse por hacer cosas nuevas…
-¿Qué es lo que más le gusta hacer…?
-¡El futbol!!, tan es así, se da a la tarea de juntar niños y jóvenes para que lo practiquen y se alejen de las drogas…
-¿Y si te hacen caso…?
-Fíjate que sí… ¡perdón!!... ¿le puedo hablare de “tú”? Es que me inspira mucha confianza…
-Claro, sin ningún problema...
-Como te decía, trato de contagiarlos del mismo sueño que tengo en mi mente, llegar a ser un buen futbolista…
-Aunque eres mucho muy joven, vamos, ¿desde niño ya te gustaba el futbol?
-No sé si fue desde el kínder, de lo qué si me acuerdo, es que me gustaba mucho subirme a un carrusel
-¿Cuántos hermanos tienes?
-Dos hermanos mayores que yo, me tocó ser el más pequeño de mi casa. Mis hermanos me ganan entre ocho y siete años, respectivamente, por cierto, hoy, acaba de nacer mi primer sobrino.
-¿Tus papás a qué se dedican?
-En un principio, mi papá era albañil, ahora, es chofer de un autobús turístico, y mi mamá, es educadora en un preescolar. Desde muy pequeño, siempre viví en casa de mi abuelita en Chimalhuacán junto con mis primos y tíos, quienes me cuidaban porque mis papás trabajaban todo el tiempo.
-¿A qué jugabas con tus primos?
-Siempre ha sido el futbol, desde los cinco o seis años, echaba retas con mis primos, hasta formamos un equipo de futbol en una liga amateur. Ahí fue cuando descubrí lo que de verdad me apasiona.
-¿También eras bueno como alumno?
-Ja, ja, ja, sin presumir, siempre he sido aplicado en la escuela, sacaba puros nueves y dieces…
-¿Me estás presumiendo o tratas de “apantallarme”?
-¡No, como crees…!! Me sentía muy orgulloso cuando me ponían en el Cuadro de Honor por aprovechamiento escolar y todo eso…
-¿Eras un niño travieso?
-Yo diría que muy hiperactivo, me costaba mucho trabajo estarme quieto, sentado en un mismo lugar y sin hacer nada…
-¿Un niño latoso o desmadroso?
-No, al contario, siempre fui un niño muy respetuoso, pero muy inquieto
-¿El consentido en casa por ser el más chiquito?
-Sí, en parte, quizás, un poco. Me compraban muchos juguetes y dulces
-Cuando no jugabas futbol, ¿qué más hacías?
-Junto a mi casa, había un enorme árbol de pirul y lo trepábamos con rapidez, hasta me aventaba desde lo más alto. También, colocábamos rampas para pasarlas con la bici y saltando, era muy emocionante. Me hubiera gustado mucho jugar también con mis hermanos, pero ya habían pasado a su adolescencia y ni me pelaban, ya traían onda con sus novias y todo eso. ¡Bah!!, cosas de a vida
-¿No te llamaba la atención ver caricaturas en la tele?
-De repente, veía Cartoon Network, Disney Channel, pero también, me atraía mucho ver las telenovelas…
-¿Qué tenían de especial las telenovelas que te llamaban la atención?
-La verdad ni sé, pero me entretenían mucho por los dramas de la vida que actuaban, total, me entretenían mucho más que las caricaturas
-¿Y la tareas que te dejaban?
-Siempre fui muy aplicado y responsable con mis tareas. Tampoco quiero decir que fui el más fregón de todos, sino que me aprendía muy rápido lo que me enseñaban, creo que la buena memoria me ayudó muchísimo…
-¿Y cuando te tocaba exponer?
-¡Uff!!, me encantaba hacer mis maquetas y diseñar carteles que me dejaban
-¿Cuando te tocaba exponer delante de todos los niños, te hacías “pipí” de los nervios?
-Ja, ja, no, fíjate que no, de repente, me ponía un poco nervioso pero me atacaba de risa…
-¿Cómo te controlabas?
-Me ponía a leer un papelito que había preparado, como una especie de acordeón
-¿Quiénes eran esos destacados futbolistas a quienes admirabas?
-Solamente Pelé…
-¿Cómo les fue con el equipo de futbol que formaron los primos…?
-Me decían que era muy bueno jugando, pero todavía no se definía muy bien mi “sueño” de ser un verdadero futbolista.
-Veías los partidos en la tele?
-No, porque me aburrían, prefería jugarlo que verlo
-Estabas terminando la primaria, ¿Qué querías ser de grande?
-Solamente ser una buena persona y ayudar a los demás. Aun no se fijaba una aspiración clara de lo que me gustaría ser de grande
-¿Cómo te castigaban cuando hacías una travesura?
-Nunca me pegaron mis papás ni me castigaban…
-¿Eras un niño “modelo”?
-No, tampoco. Aunque sí me regañaban, por ejemplo, desde lo más alto de un árbol que estaba junto a mi casa, pusimos un columpio y como no me agarré bien, caí desde lo más alto, golpeándome la cara en el suelo, me contaron que me desmayé por el golpe y resulté con una fractura de tabique en la nariz. Otra ocasión, terminando de comer se me ocurrió subirme al techo para saltarme a la casa de mis primos, caí desde una altura de ocho metros, ya no me pude levantar ni reaccionaba cuando me hablaban, solicitaron una ambulancia y me llevaron al hospital del Issemyn de Texcoco, afortunadamente, no resulté con ningún hueso roto ni nada.
¿Y cómo te fue en la secundaria?
-Mis papás adquieren una casa del Infonavit en Chicoloapan y nos vamos a vivir para allá, dejaba a todos mis primos…
-¿Te sentías solo?
-Es que en mi casa nada más éramos mis papás y yo, además, era una casa muy chiquita y se me acabaron las travesuras, me hice un poco más relajado. En la secundaria, aunque ya tenía nuevos amigos, me convertí en un niño mucho más tranquilo y dedicado al estudio.
-¿También dejabas atrás tu pasión por el futbol?
-Creo que las cosas se fueron dando solitas. Una amiga de mi mamá le platica que su hijo, de la misma edad que yo, estaba en un equipo de futbol, lo único malo, es que teníamos que ir de Chicoloapan hasta Ixtapaluca para poder jugar en una liga amateur municipal y fuimos campeones varias veces.
-¿Cuántos goles metías por partido?
-No soy muy dado meter goles, sino que me esforzaba crear buenas jugadas para que mis compañeros metan goles, siempre he jugado en la posición de medio. Mis entrenadores decían que poseía muy buena visión para fabricar buenas jugadas que se convertían en gol.
-A lo mero macho, ¿nunca te llamó la atención meter goles?
-No, sino que me divertía mucho dando buenos pases y corriendo. Hasta nos prestaron el nombre de la escuela para ponérselo al equipo y participar en el torneo de futbol que organizaba Bimbo, que era de puras escuelas…
-¿Y cómo les fue?
-Éramos puros chavitos entre 10 y 12 años, quedamos como campeones del torneo Bimbo y representando al Estado de México…
-¿Qué sentiste?
-Muy chido, porque nos dieron un trato de lujo, como si fuéramos futbolistas profesionales. Nos regalaron pants con el nombre grabado de cada uno, un uniforme de Bimbo y todos los gastos pagados de hotel en Querétaro… ¡Hasta salimos en la tele!! Estaba maravillado por el trato que nos dieron, me hicieron sentir importante.
-¿Y luego?
-Participamos en un torneo a nivel nacional, pasamos a semifinales, pero nos eliminaron…
-¿Lloraste de tristeza…?
-¡Claro!!, era un niño de 11 años
-¿Y por qué estás llorando ahorita si ya tienes casi 18?
-Pues me haces llorar recordando aquello que viví… ¡no soy de hule!!
-A lo mero macho, ¿te dolía perder?
-Más que dolerme, me regañaba yo solito porque estaba seguro que pude haber rendido muchísimo más
-¿Pensaste “tirar la toalla” y dejar el futbol?
-Me llenaba de coraje, pero no como para decir que ahí lo iba a dejar, al contrario, sacaba más fuerzas desde muy adentro, me aferraba en demostrar que podía hacerlo mejor cada vez. En esa liga municipal de Ixtapaluca, había una filial infantil del América, mi entrenador me dijo que había una visoria gratis en el “Nido de las Águilas”, de Coapa, en la Ciudad de México
-¿Fuiste?
-¡Por supuesto… y me quedé!! Pasaron como seis meses desde que fui a inscribirme… ¡y nada!!, hasta pensé que me habían “chamaqueado” Pero una noche, justo, cuando estaba jugando la selección de México contra Estados Unidos, hablan a mi casa, le dicen a mi mamá que debería presentarme en Coapa… Guauu, yo estaba feliz…
-Hugo, ¿es verdad lo que dicen, que el futbol es para idiotas?
-No, claro que no, al contrario, es el deporte que mueve al mundo entero y despierta pasiones, aunque también, debo aceptar que no todos lo viven de la misma manera
-¿Y qué sucedió con el llamado que recibiste para presentarte en Coapa?
-Acababa de cumplir los trece años de edad, mi mamá aceptó llevarme para que no se perdiera mi ilusión de llegar a estar en la liga infantil de un equipo de primera división. Ese día, desde Chicoloapan hasta Coapa, hicimos como 5 horas. Llegamos como a las 6 de la tarde y solamente me registraron, informándome que ellos me llamarían en un par de días.
-¿Qué sentiste por dentro?
-Una emoción enorme, por dentro, me decía que tenia que echarle muchas ganas y no desaprovechar esa oportunidad, la verdad, amaba el futbol. Regresamos a mi casa como a las 12 de la noche. Al lunes siguiente, me vuelven a llamar, pero ya era para empezar a entrenar. Al acudir a la cita, nos presentan a los entrenadores, el visor que estaba a cargo de ese proyecto, era nada más ni nada menos que el prestigiado coach Ángel González Coca, quien nos da la bienvenida en la Casa/Club del América.
-¿Estabas completamente seguro del reto que aceptabas?
-Sí, claro que sí. Soy un chico de retos. Ese día, nuestro primer entrenamiento fue todos vestidos de blanco. A partir de ahí, los entrenamientos eran todos los días, de las seis de la tarde a las ocho de la noche
-¿Y la escuela?
-Salía de la secundaria a las tres de la tarde, llegaba a casa, mi mamá me daba de comer rapidísimo y nos íbamos a Coapa, eran tres horas de camino en combi, Metro y camión…
-¿Recibiste apoyo de tu escuela cuando se enteran que estabas en la liga infantil del América?
-Sí, me permitían salir a las dos y media de la tarde, incluso, a veces, me daban permiso de faltar cuando los entrenamientos eran más temprano
-¿Cuál era la reacción de tus compañeritos?
-Tratando de evitarlo, quizás, un tanto emocionado al recordar esa etapa de su vida, sus ojos de llenan de lágrimas- “Fue algo padrísimo, todos me abrazaban y me deseaban mucha suerte, sentía el cariño de todos mis compañeritos y de mis maestros”
-¿Con cuál de los jugadores del América tuviste algún trato?
-Aunque no le voy al América, conocí a Oribe Peralta, me pareció un tipo muy “mamón” y déspota, quien al pasar por donde entrenábamos los niños, escupía al suelo en una actitud de desprecio
-¿Cuál era la actitud de otros jugadores de primera división frente a los niños?
-Algunos, nos saludaban desde lejos porque estábamos entrenando, pero otros, nos ignoraban por completo. Quien sí era muy chido con los niños, era Diego Laynez, nos abrazaba y nos decía que le pusiéramos muchas ganas a los entrenamientos, porque algún dia se iban a dar las cosas a nuestro favor. Diego Laynez se mostró mucho muy amable, cariñoso con nosotros, además, Diego, estaba muy chavito
-¿Qué aprendiste de Diego Laynez?
-Que desde muy joven se arriesgó, quiso intentarlo al irse a Europa para foguearse
-¿Y Hugo Medina que prefiere?
-Soy alguien que no le gusta quedarse con la duda…. ¿de qué hubiera sido? Sino que, al contrario, me esfuerzo por intentarlo las veces que sea necesario, así gane o pierda, intentarlo es lo más importante.
-A estas alturas, Hugo ¿a qué le tiene miedo?
-Uff…
-¿Dejar embarazada a tu novia?
-¡No!!, claro que no, eso, es lo que menos me llama la atención ahorita, tener un hijo en esta etapa de mi vida. Aún estoy muy chico para ello
-¿Le tienes pavor al fracaso?
-Sí, la verdad es que sí.
-¿Y cómo combates ese miedo?
-Superándome día con día…
-¿Entrenar todos los días en la liga infantil del América, era un cierto desgaste?
-¡Qué buena pregunta!! En la vida nada, pero nada es gratis, creo que ese desgaste era mucho mayor para mi mamá, porque era ella quien me llevaba todos los días. Regresábamos a la casa casi a las doce de la noche, aparte de cansado, llegaba hacer mi tarea y al dia siguiente, levantarme muy tempranito para irme a la escuela.
-¿Y tus amigos?
-Fue todo un año que me alejé de ellos, solo descansaba los domingos, pero me la pasaba durmiendo. Me acuerdo que un par de veces, Miguel “El Piojo” Herrera, que era el director técnico del América, fue a vernos y me dijo que veía en mi, a una promesa del futbol mexicano, que era muy rápido y tenía mucho talento… Me emocionaba mucho escuchar sus palabras hacia mi persona.
-¿Cómo les fue dentro del torneo infantil?
-Quedamos en tercer lugar y seguimos entrenando para las visorias finales, pero un día, subiendo las escaleras del “Nido de las Águilas”, me resbalé, caigo y me pego en la columna vertebral, arribita de la cintura, los doctores le dijeron a mi mamá que me había lastimado una zona en donde confluyen muchos nervios.
-¿Te hospitalizaron?
-No, sino que me pusieron en una silla de ruedas porque no podía caminar. No me quedaba otra que asistir a un largo, pero muy largo tratamiento. No podía ni siquiera dormir, me dolía todo, tampoco podía durar mucho tiempo sentado, me había lastimado la zona del coxis…
-¿Te apoyaron en el América?
-Sí, sufragaron todos los gastos médicos, además, era un niño de 13 años imposibilitado de caminar
-¿Llegaste a pensar en quedar paralítico?
-Sí, lloré mucho, ese era mi temor. Asimismo, me costaba mucho trabajo ir a la escuela en silla de ruedas. Lo más curioso, mi rendimiento escolar no se vio afectado
-¿Qué te decía tu entrenador Ángel Gonzáles Coca?
-Confiaba mucho en mí, pero decía que no podía meterme como lateral titular, hasta que los médicos me dieran de alta.
-¿Sentiste que el mundo se te venía encima?
-Así es la vida, trajeron a otro niño y me sustituyeron.
-¿Qué sucede cuando te dan de alta y vuelves a los entrenamientos?
-Regresé sin ritmo, sin ese rendimiento al que estaba acostumbrado entregar, a la semana siguiente, justo cuando estaba por cumplir 14 años, me dicen que hasta ahí llegué…
-¡No inventes!!, que duro golpe para ti…
-¡En efecto!!, es cuando te quedas pensando en todo el esfuerzo que hiciste, en los sacrificios de mi mamá por llevarme a los entrenamientos y partidos. Lloré mucho, para qué te digo que no.
-No te preocupes, dicen que los tiempos de Dios son perfectos…
-Estoy totalmente de acuerdo contigo. Era la primera vez que buscaba ese sueño y llegué muy lejos… ¡y siendo un niño!! Cuando el técnico Ángel González Coca se despidió de mí, me dijo algo que jamás habré de olvidar: “Cerraste con broche de oro tu etapa infantil, ahora, ve hacia adelante con ese mismo entusiasmo en Fuerzas Básicas y lo vas a lograr” -De nueva cuenta, los ojos de Hugo se llenan de lágrimas, acompañada de una gran sonrisa-
-¿Te sentías derrotado por dentro?
-Digamos que un poco triste, así es que decidí regresar a mi inicial equipo municipal en Chicoloapan, pero solamente a jugar y no a entrenar. Como que se me apagó ese deseo de ir a entrenar
-¿En tu casa que te decían?
-Les correspondí a ese amor y entrega que me depositaron, terminando la secundaria con muy buenas calificaciones, pero, por dentro, me sentía mucho muy triste.
-¿Creíste que ingresar a Fuerzas Básicas, te volvería a suceder lo mismo?
-Perdón que te pregunte esto, ¿Eres sicólogo? Me estás diciendo exactamente lo mismo que me dijo el sicólogo al que me llevo mi mamá para que no cayera en una depresión. Me sentía terriblemente triste, sin ganas de entrenar ni de jugar.
¿Qué te daba miedo?
-Volver a intentarlo y que me rechazaran otra vez, vamos, hacer un enorme esfuerzo para que me dijeran simplemente que no me aceptaban…
-A ver mi estimado amigo, eres muy joven, tienes todo un camino por delante. Julio Iglesias era futbolista, tuvo un lamentable accidente y mira, se convirtió en un gran cantante… ¡Ánimo!!, eres un gran guerrero…
-¡Wooow!!, de verdad, muchas gracias por ese ánimo que me transmites.
-Los jóvenes como tú, tienen en sus manos el destino de este gran país…
-Que bueno que me dices eso, fíjate que fui a recoger mi credencial del INE. Estoy muy emocionado, porque el próximo 2 de junio será la primera vez que voy ir a votar. Los jóvenes tenemos la obligación y el compromiso de rescatar a México desde el fondo del abismo ensangrentado en que lo tiene sumido el actual gobierno. Somos millones de nuevos ciudadanos que iremos a votar por primera vez y será por un país mejor. Ese debe ser nuestro principal objetivo. Qué bueno que una mujer vaya a conducir los destinos de nuestra querida nación. A los jóvenes, nos toca tomar esa difícil decisión, así es que hagamos equipo por el bien de todos, pero, por favor, no más de lo mismo. Tenemos un país grandioso, no permitamos que se derrumbe por completo. Que no se les olvide que México es de nosotros los jóvenes también”
-Continuará-
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