Alábate burro
Héctor Sinecio
Describir un lapso de tres años, resulta muy difícil estimado lector, excepto quizá tratándose de López Obrador pues su Cuarta Transformación solo es de discurso, por lo que dos palabras la podrían resumir: Indolente e incapaz, los indicadores son fríos y no hay un solo rubro dónde podríamos decir qué hay una mejora, los proyectos insignia de la Administración llevan mucho retraso, la austeridad contrasta con el dispendio grosero en cosas irrelevantes, la pandemia es de las peores manejadas en el mundo, se tienen vacunas pero no vacunados, no se dio un informe de Gobierno, más que un acto republicano pareció una pantomima de narcisismo frente al propio reflejo del presidente que como decía mi mamá: El elogio en boca propia es vituperio.
Y es que al Gobierno Federal, no le importan los desastres naturales, la economía, la salud de la población o la seguridad pública, su eje rector sigue siendo un plebiscito, obviamente a modo, dónde pueda seguir dando sus mañaneras, usando recursos públicos para promover su imagen, sin necesidad de separarse del cargo, suponga usted amable lector, que sin conceder, se alcanzara la participación mínima, yo dudo ampliamente que López acepte un resultado adverso, para revocar su mandato, olvídese del dineral que costaría, eso y más ha dilapidado en caprichos y ocurrencias; lo preocupante es la crisis institucional que se crearía con dos presidentes legítimos, por eso resulta aberrante ese encaprichamiento de un populismo cuando lo que este país necesita es un mandatario que resuelva los problemas que son urgentes.
Por eso no es de extrañarse que sea un presidente chiquito que se está quedando solo, habitante único del país de los otros datos, que solo se aplaude y solo se festeja, como dicen en mi pueblo, alábate burro que no hay quién te alabe, ello se refleja no solo por las deserciones del Gabinete o las rupturas al interior de Morena, sino porque poco abona que sus piezas sean políticamente impresentables, durante las últimas elecciones los morenistas se quejaban amargamente de las imposiciones, pero estas no van a cambiar, son la marca del presidente, para su mala suerte, seguirán siendo la constante, lo que incluye la designación a la presidencia de la República, si no se le ocurre antes otra cosa, él mismo lo advirtió, no le interesa la capacidad, menos —hágame el favor— la honestidad, sólo la sumisión y la disposición a cumplir sus caprichos, dicho lo anterior Claudia Sheinbaum cumple a la perfección con los requisitos.
Por otro lado a la oposición no le basta con señalar, debe trabajar en una verdadera agenda de nación, la derrota de Morena salvo contadas excepciones donde los buenos Gobiernos del PAN tuvieron una ratificación popular, no es debido a sus propios méritos, sino al hartazgo ciudadano, a la decepción de millones de votantes que hoy lamentan haber confiado en Obrador, la alianza por México debe ir más allá de lo meramente electoral, debe buscar una gran alianza nacional con los ciudadanos de la calle, para promover un gran pacto que ponga a México como la prioridad, créame que vale la pena.
Hace unos días, Francisco Domínguez Servién, anunció que se baja de la contienda por la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), con lo que es casi seguro que Marko Cortés continúe al frente del blanquiazul, Pancho sabe escoger bien sus batallas, sabe construir sus escenarios y lo que logró en Querétaro sin duda le dará una vigencia en la vida política nacional.
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