Aprobación de alcaldes queretanos arriba
Por: Hector Sinecio
Civitas et civis
Resulta curioso que muchos de los que se regodean en la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, se muestren escépticos ante las mismas encuestadoras cuándo colocan al Gobernador de Querétaro Mauricio Kuri o alguno de los alcaldes metropolitanos, dentro de los mejores calificados, no solo a nivel local sino inclusive a nivel nacional, llegando a la aberración de descalificarlas, por lo que hay una dicotomía, si colocan con buen posicionamiento al Presidente, son buenas, pero si son de actores políticos que no son del gusto, entonces son cuchareadas.
Sin abarcar temas que son más ampliamente interpretadas por Darrel Huff, diremos que ambas pueden tener razón, una de ellas inclusive reconoce que Querétaro es el Estado dónde el solitario habitante de palacio, resulta ser el menos popular a nivel nacional, pero no por ello carece de afectos, mientras que el Gobernador Kuri, goza aún de su bono electoral, sus vicisitudes mayoritariamente se han magnificado en redes sociales, sin embargo sobra decir que ha salido airoso y hasta fortalecido, porque esas mismas redes, han sido receptivas a la agenda de comunicación política.
Algo similar sucede con los Alcaldes metropolitanos, la juventud de Roberto Sosa (De Corregidora) le permite interactuar en varias redes sociales, mientras que Luis Bernardo Nava (De la capital queretana), ha encontrado en las redes sociales una herramienta de comunicación estratégica, su narrativa es cercana y efectiva, mientras que otro alcaldes aunque es destacable su trabajo y sus números en pulsos digitales no son malos, reflejan que uno pertenece a la generación del silencio, caso de Enrique Vega, presidente municipal de El Marqués y Roberto Cabrera de San Juan del Río, quien no utiliza a las redes sociales como una alternativa de comunicación, aunque reconozco que tiene en estas una importante área de oportunidad.
Pero regresando al tema estimado lector, ¿Cuál es el ingrediente principal de tener esa vigencia? Reconociendo que hay elementos multifactoriales de la comunicación política, hay un elemento que pasa desapercibido la mayoría de las veces, le pido que sea discreto, y que no lo comparta con nadie, pues más alcaldes podrían replicarlo y con ello tendrían mejores resultados en sus gobiernos, la clave parece tenerla el INEGI, silencio no lo diga en voz alta, permítame explicarle, se llama inversión pública por habitante.
Los ediles que muestran mayores calificaciones a nivel nacional, muy a pesar de tener diferentes realidades, problemáticas y ser emanados de distintas ideologías, comparten algo en común, el gasto por habitante en inversión pública municipal, lo que es lo mismo que la percepción por mejora de las obras, infraestructura o políticas públicas destinadas a la mejora constante en la calidad de vida de los ciudadanos, que consiste en 5 niveles.
Coincidentemente la mayoría de los presidentes mayormente reconocidos en su desempeño aparecen en los lugares más altos, veamos el caso de Querétaro, tenemos dos de los mayores casos de éxito a nivel nacional, cómo podrá usted imaginarlo es la capital queretana con Luis Bernardo Nava, seguidos por El Marqués, ambos en nivel 5, mientras que en el nivel 4 esta Corregidora y en el nivel 3 San Juan del Río, quizá usted me diga, pero aparece más Sosa que Vega, bueno es una de las pequeñas ventajas de usar las redes sociales para “cacarear” el huevo, pues Vega no es tan asiduo a las redes sociales, benditas redes dirían por ahí.
La otra es que un municipio que ofrece oportunidades, siempre será un lugar interesante para vivir. Querétaro, El Marqués y Corregidora, cumplen cabalmente con serlo, San Juan en menor medida, pero también acoge cada año a personas que buscan mejorar su calidad de vida, lo que implica no sólo crecimiento poblacional, sino que ello conlleva mayor recaudación de impuestos propios caso del impuesto predial, por lo que hay más dinero en el erario para invertir en la mayor riqueza de toda ciudad: sus propios habitantes.
2 Crónicas 14:6
Y edificó ciudades fortificadas en Judá, ya que el país estaba en paz y nadie estaba en guerra con él durante aquellos años, porque el SEÑOR le había dado tranquilidad.
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