Arranca elección judicial y el Ray minucias

Arranca elección judicial y el Ray minucias

Arranca la elección judicial

Pues ayer arrancaron las campañas a jueces, magistrados y ministros en el orden federal, es decir, dependientes del Poder Judicial de la federación.

Este poder —principalmente— se integra de la siguiente manera:

  1. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): Es el máximo tribunal del país y se compone de 11 ministros.
  2. El Tribunal Electoral: Encargado de resolver conflictos en materia electoral.
  3. Los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito: Abordan casos de apelaciones y asuntos federales.
  4. Los Juzgados de Distrito: Se encargan de asuntos en primera instancia relacionados con la jurisdicción federal.
  5. El Consejo de la Judicatura Federal: Supervisa y administra a los órganos del Poder Judicial, excepto la SCJN y el Tribunal Electoral.

Pues bueno, ayer en Tlaxcala unos lo hicieron a través de redes sociales, otros mediante acercamiento con los medios y los más despistados usaron plazas públicas como el zócalo capitalino, que, por cierto, parecía más marcha de protesta que arranque de campaña.

El tema además de estar enredado y poco claro está propiciando que los candidatos sean creativos en la forma de acercarse a un electorado superficial y voluble, siempre hambriento de dádivas, programas sociales y beneficios particulares.

Esta elección está marcada en una clarísima desventaja para los juzgadores, quienes además de no poder auxiliarse de un partido político, ni de estructuras proselitistas, tampoco podrán hacerlo financieramente, puesto que el INE tiró línea para que prácticamente salieran a campaña maniatados y por qué no decirlo, hasta amordazados.

Sin embargo, ahora resulta que a la autoridad electoral y a los poderes de la unión (Salvo el judicial, por supuesto), están más preocupados en que la participación sea mayor del 3% para avalar esta pifia electoral desigual.

Por donde quiera verse, la elección judicial es el peor de los procesos electorales en la historia de México, y, aunque debo decir, que no podría calificarla de una farsa, sí puedo calificarla de una elección a modo en las que algunos candidatos ya ni ocultan su filiación partidista y simpatía con el partido en el poder.

Por otra parte, su techo financiero es ridículo y ofensivo, la autoridad electoral y el congreso de la unión, han hecho de esta elección, una sarta de errores técnicos, confusión y falta de certidumbre, transparencia y equidad en la contienda, faltando así, a todos los principios rectores de los entes “ciudadanos” como el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) en lo local y en lo federal el Instituto Nacional Electoral (INE).

Y aún así, tienen la desfachatez de promover cada uno a su mediocre juicio, de promover una orientación a la ciudadanía cómo votar, hecho que además de confuso, ambas versiones generan más desconfianza en este gris y desaseado proceso.

Es evidente que, tanto al gobierno federal como al legislativo, les urge legitimar su elección en la que se prevé una mínima participación entre el 1 y el 3%, necesitan al menos un 30% para ser medianamente creíble e independientemente de la participación, saldrán a decir las autoridades electorales que fue un éxito.

Honestamente, toda elección que no cumpliera con la participación del 50+1% en este país, deberían ser anuladas y repuestas con otro proceso hasta alcanzar la media contenida en la lista nominal que no en el padrón electoral.

Pero bueno, así están las cosas y ya veremos cómo se van desarrollando.

Por cierto, que ayer pude entrevistar al candidato a Juez Federal en Materia Laboral, Johnny Morales Martínez, en el zócalo de la capital tlaxcalteca, me agradó que saliera a campaña acompañado de su familia y sus 4 hijos.

Además de la extraordinaria belleza de su esposa (sea dicho con todo el respeto del mundo), sus cuatro hijos también estuvieron acompañándolo.

Con relación a ello, quiero subrayar que la calidad de una persona siempre se refleja en su familia, y debo decir con toda honestidad que es una familia modelo, íntegra, unida, amorosa.

Cómo no sentir confianza y empatía en un hombre que incluye a su familia en el primer paso de una vida pública en un proceso electoral del que sale de la intimidad de su juzgado para hacerle frente a la bravura de un electorado que no entiende ni sabe qué es lo que sucede.

Johnny Morales Martínez, es todo un profesional del derecho laboral, con trayectoria y además en funciones, sólo puede a hacer campaña después de su jornada laboral y los fines de semana y en verdad, yo deseo, que todos elijamos a expertos en derecho y expertos en su materia.

Imagine a usted eligiendo a un juez, magistrado y/o ministro que tengan 90% lealtad a su partido y líderes y 10% capacidad.

Esta gente que llegue conteniendo en su CV diciendo que su mérito es que fue servidor de la nación y ayudante administrativo en el juzgado de lo civil, quiera llegar a un juzgado especializado en justicia administrativa, penal, fiscal o incluso familiar.

Ese tipo de improvisados, seguramente propiciarán la más alta corrupción en el sistema judicial, porque al no haber capacidad intelectual y académica, optarán por vender los fallos y es allí, en la que, estimado lector, dependiendo de su capacidad financiera, tendrá la justicia a la que aspira.

Si usted está jodido, gana salario mínimo y apenas subsiste como la mayoría de los periodistas, pues entonces, prepárese para estar en el frescobote una larga condena.

El Ray minucias

Mire, la verdad ni quería hablar de tan impresentable vividor y no del erario, pero sí de una familia que siempre le dio cobijo y cariño, que lo tomó en su seno familiar como uno de los suyos y lo único que hizo fue traicionar a su esposa, no con una, sino con al menos dos mujeres distintas con las que procreó hijos fuera del matrimonio del trienio pasado para acá, no es alguien de fiar.

Un hobrezuelo que traiciona a su pareja en esas y o cualquier otra condición es un poco hombre que necesita demostrar su hombría porque es un cobarde porque después de tantos años, sale a decir que nada les debe.

Ese sujeto tiene nombre, se llama Raymundo Vázquez Conchas.

Desperdiciar más líneas en este político improvisado, diputado por influencia y sujeto ególatra, venido a menos que mordió la mano que le dio de comer durante muchos años, habla de su calidad. Fin.

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