Comunicación política en tiempos de crisis: lecciones para un liderazgo efectivo

Comunicación política en tiempos de crisis: lecciones para un liderazgo efectivo

“En tiempos de crisis, las palabras no solo informan: construyen la realidad y deciden el destino de un liderazgo.”

En tiempos de crisis, los líderes políticos enfrentan un desafío fundamental: cómo comunicar para mantener la calma, la confianza y la legitimidad ante una ciudadanía que busca respuestas inmediatas y claras. La historia nos ha mostrado que el manejo de la comunicación en momentos críticos puede definir la percepción de un gobierno, fortalecer su posición o erosionar su legitimidad. Para quienes trabajamos en el ámbito de la comunicación política, estos escenarios nos exigen desarrollar estrategias que no solo informen, sino que también construyan una narrativa coherente y confiable que soporte los momentos de incertidumbre.

La reciente crisis de inseguridad y violencia en México, que se ha extendido a estados como Querétaro, nos da lecciones valiosas sobre la importancia de la comunicación estratégica en el ámbito político. Como hemos visto en el caso del gobernador Mauricio Kuri, los primeros pasos ante una crisis son cruciales, y una mala gestión de la comunicación puede convertirse en un obstáculo para cualquier autoridad. La rapidez con la que se generan las noticias en redes sociales y la capacidad del público para difundir información exponen a los líderes a una constante evaluación, haciendo que las acciones de respuesta y los mensajes oficiales deban medirse con precisión.

La confianza, pilar de cualquier gobierno, se construye y se destruye a través de la narrativa. En El gobierno de las palabras, Juan Carlos Monedero subraya que los relatos de poder no solo cuentan hechos, sino que dan forma a la realidad que percibimos. En un contexto de crisis, los líderes necesitan utilizar el lenguaje como un escudo que proteja y represente a los ciudadanos, no solo como una herramienta para transmitir datos. Cuando la narrativa falla en conectar con la realidad social de las personas o minimiza sus miedos y expectativas, se rompe un vínculo de confianza difícil de reparar.

Por ello, la estrategia de comunicación en tiempos de crisis debe enfocarse en tres elementos esenciales: empatía, transparencia y consistencia. La empatía permite que el líder muestre su comprensión ante las preocupaciones ciudadanas, evitando parecer ajeno o insensible. La transparencia es fundamental para reducir la percepción de opacidad o manipulación de la información, especialmente en temas sensibles como la violencia y la inseguridad. Y la consistencia, finalmente, asegura que los mensajes se mantengan firmes y no sean contradictorios, evitando generar confusión.

No obstante, la empatía y la transparencia solo logran su objetivo cuando están respaldadas por una narrativa clara y coherente. El reciente caso de Querétaro ejemplifica cómo una narrativa desarticulada —o demasiado técnica, como en el caso de Kuri, quien ha sido percibido como un tecnócrata cercano a empresarios en lugar de un líder social— puede socavar la confianza de la ciudadanía, especialmente en momentos donde prevalecen sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad. Esta desconexión narrativa aleja al líder de los ciudadanos, quienes buscan en su discurso no solo respuestas, sino también una guía emocional para enfrentar la crisis.

La percepción en redes sociales también juega un papel determinante. En tiempos de crisis, las redes no solo amplifican los mensajes, sino que también funcionan como una caja de resonancia de la opinión pública. En su libro The Mediated Construction of Reality, Couldry y Hepp argumentan que los entornos digitales han transformado la construcción de la realidad, situando la narrativa en el centro de la interpretación pública. Esto significa que las autoridades deben adaptarse a la velocidad y el tono de las redes para controlar la narrativa o, de lo contrario, quedarán atrapadas en una crisis amplificada por el eco digital.

La competencia política también convierte cada error en un arma para los opositores. En el contexto de Querétaro, el ojo crítico de Morena observa cada paso del gobierno local rumbo a la elección de 2027. Cada error comunicativo o desconexión con la ciudadanía es aprovechado para consolidar una narrativa alterna que busca cuestionar la legitimidad y las capacidades del actual liderazgo. Así, no solo se libra una batalla por el manejo de la crisis inmediata, sino también por la narrativa a largo plazo, donde la comunicación política se convierte en una herramienta esencial para la construcción de legitimidad.

En conclusión, la comunicación política en tiempos de crisis no puede reducirse a una serie de comunicados, sino que debe entenderse como la construcción de una narrativa que inspire y fortalezca. Las crisis ponen a prueba la capacidad de los gobiernos para conectar emocionalmente con su ciudadanía y de transmitir no solo información, sino también confianza. En un escenario donde los errores son amplificados y utilizados por adversarios, los líderes políticos necesitan asumir la comunicación como una de las claves de su éxito o fracaso. Porque, al final, las crisis no solo prueban la capacidad de un gobierno para resolver problemas, sino también su habilidad para hablar y escuchar en los momentos de mayor tensión.

Comentarios