Lorena y Fabricio: Una familia tan priista, tan morenista
POR: Alex Gómez.
La traición no sólo venía de ida, sino también de vuelta, cómo olvidar la forma en la que de la noche a la mañana, una vez ungida la candidata de Morena, Lorena Cuéllar Cisneros, se olvidaría de una persona a quien siempre acusó de corrupto y de que iba a investigar hasta sus últimas consecuencias, ese priista que le había robado ya una elección a quien haría pagar y que hoy, no es motivo de recuerdo de nadie, y cómo iba a recordar a Marco Mena, si su hermano está más entregado a Morena que al PRI, partido que lo hizo diputado local al puro estilo adrianista: Por la vía pluri.
Y es que el tlaxcalteca promedio padece una rara enfermedad que se le llama comúnmente olvido, somos una sociedad tan anquilosadamente priista y/o morenista que ya hasta se nos olvida que son las mismas familias de siempre las que nos han gobernado, o no me vaya a decir que no sabía que Mariano González Zarur, Héctor Ortiz Ortíz y Alfonso Abraham Sánchez Anaya, fueron integrantes del gabinete de la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel, hoy senadora de la República que quiere ser candidata del PRI a presidenta de México?
¿Y a poco no sabía que la gobernadora Lorena Cuellar Cisneros, tiene de abuelos paterno y materno a dos ex gobernadores? O que su concuño es su predecesor, ¿El priista Marco Antonio Mena Rodríguez y que su hermano, su cuñado, Fabricio Mena Rodríguez en nada defiende a los tlaxcaltecas, pero eso si, ya tiene un pie fuera del PRI que lo hizo diputado pluri para irse lo antes posible a afiliarse a Morena, para ser quien la suceda?
¿O no me diga que tampoco sabía que quien manejó todos y cada uno de los contratos en el sexenio de Marco Mena fue su hermano Fabricio?
Los morenistas sí que no saben para quien trabajan, o de verdad son torpes y crédulos o son tan corruptos como esos que se dicen perseguir para investigar y meter a la cárcel.
O no me vaya a salir con que la corrupción ya se terminó en la administración lorenista, porque basta con medio asomarse a la cloaca en la que se ha convertido la Oficialía Mayor de Gobierno, que encabeza el poblano Ramiro Vivanco Chedrahui, o su paisano en la SESA, el barbosista Rigoberto Zamudio Meneses que a nadie rinde cuentas, o el dispendio desde el que se despacha Sergio González Hernández desde la Secretaría de Gobierno, donde su experticia está demostrada en la dilación y entretenimiento de tlaxcaltecas que urgen a resolver problemas, mientras éste y sus achichincles buscan la forma de sacar mayor raja posible contra quienes no están subyugados o no les son afines políticamente.
Por ahí he leído recurrentemente una frase del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana: Quien olvida su historia, está condenado a repetirla.
Movimiento Ciudadano
Hace un buen rato que Movimiento Ciudadano en Tlaxcala se encuentra sumido en una crisis de liderazgos en los que a veces parece que Refugio Rivas Corona sigue llevando la batuta y en otras, Sandra Aguilar Vega, les está comiendo el mandado.
Lo que sí es cierto, es que al paso de estas últimas semanas, lo único que sigue oliendo mal en MC es la presencia de Ernesto Ordóñez Carrera, que busca de cualquier manera allegarse de la dirigencia estatal de dicho instituto político.
El marianista dejó en su paso por la Secretaría de Gobierno tantos tlaxcaltecas en el camino, que nadie lo quiere, es pues, el apestado de MC y pareciera que a todo mundo le da pena decirle que no es bienvenido.
Me sorprendió gratamente la participación de mi amigo desde la adolescencia, Rubén Arvizu Arredondo en ese instituto político, es un hombre inteligente que le sabe a la política, pero a la política de servicio y que el fin último de la política es el de establecer acciones positivas para generar las condiciones de desarrollo del individuo en la sociedad.
Bueno, pues además de eso, está bien aplicado en los temas académicos con capacitación a través del instituto John Dewey Online México, con expertos en temas políticos con miras al 2024.
Así que, ya estaré dando cuenta de sus trabajos, porque Tlaxcala está en la mira y eso se antoja natural y hasta obvio. Enhorabuena!
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