Mitos que nos dieron patria y libertad
Por: Héctor Sinecio
Cómo usted sin duda lo sabe estimado lector, hay veces que el pato nada y veces que ni agua bebe, así que por culpa de algunas indiscreciones, gente chismosa le dirían en mi rancho, la Conspiración de Querétaro fue descubierta de manera prematura, por lo que el día de la independencia no fue el primero de Octubre, Doña Josefa Ortiz le envía al Capitán Allende tres correos aunque solamente Ignacio Perez tendría éxito, alcanzando al militar en Dolores dónde ante sus dudas, Miguel Hidalgo hace la proclama al pueblo para tomar las armas a favor del Monarca cautivo Fernanado VII y contra el mal gobierno francés y los “Gachipines”.
Miguel Hidalgo, cura de Dolores, es un personaje fascinante y de matices, no solamente era descendiente del insigne Manco de Lepanto, sino también de Hernán Cortéz, siendo a su vez Tío de la Corregidora y del propio Agustín de Iturbide al que le ofrece un cargo en el ejército insurgente, cosa que el Libertador y Consumador rechaza, por lo que la Guerra de Independencia, inicia con el tío y concluye con el sobrino, años después Doña Josefa rechazaría a su vez una propuesta del ya Emperador Iturbide de formar parte del cortejo de la Emperatriz Ana Huarte, aunque un nieto suyo, sería nombrado Príncipe heredero pero del otro Imperio, el de Maximiliano.
A diferencia de Hidalgo, Morelos con el que también había cierta consanguineidad… Y eso que estamos hablando del Centro del País no de Nuevo León, se propone por vez primera la emancipación de la America Septentrional y reúne un Congreso, para lo cual enarbola una bandera con los colores borbones azul y blanco, pero igual que Hidalgo su movimiento poco después de ser derrotado por Iturbide, fracasa, durante ese periodo se da la llamada Guerra de las Virgenes, La Guadalupana enarbolada por los Insurgentes y la Virgen de Los Remedios llevada por los realistas y cuyo pendon se decía ondeó en la Caída de Tenochtitlán ante las miles de tropas indígenas, como las tlaxcaltecas, cempoaltecas y texcocanas que lideraba Hernán Cortéz.
Durante el intermedio antes de la Conclusión de la Guerra de Independencia, se promulgó la Constitución de Cádiz, cuyo uno de los redactores fue el jurista queretano Mariano Mendiola Velarde, por lo que casi todas las plazas principales en México reciben el nombre de Plaza de la Constitución, siendo el antecedente legal de las posteriores Constituciones nacionales cómo la de 1824, 1857 y la reformada Carta de Querétaro de 1917; esta Constitución apodada la Pepa por ser promulgada el día de San José no era bien vista por los insurgentes como Guerrero pues no incluía a la letra a los Afrodescendientes.
La Nueva España después de ser la zona más rica del planeta y la Ciudad de México la más cosmopolita y acaudalada, según lo escribe Von Humbolt , tras años de pillaje, guerra de guerrillas y despojos, estaba en banca rota, los Insurgentes no tenían ya materialmente forma alguna de lograr la independencia, pero tampoco los realistas estaban muy contentos por la forma en que en España se había logrado el regreso del “Deseado” Fernando VII, así qué hay veces que se junta él hambre con la hora de la comida, por lo que todos de alguna u otra manera estaban de acuerdo en la emancipación de México, las sociedades secretas sobre todo los Guadalupes, tenían algo en mente y la Güera Rodríguez entró en escena.
El gran consenso recayó sobre Agustin De Iturbide en ese momento ocupado en sus asuntos, así que el Virrey lo llama para otorgarle un mando, mismo que aprovechan tanto Iturbide como Guerrero para tener una extensa correspondencia, la cual concluiría con el abrazo de Acatempan, la promulgación del Plan de Iguala y la incorporación de Guerrero y otros líderes insurgentes en el llamado Ejército Trigarante, que proclamaba, la independencia de la metrópoli española aunque se ofrecía a Borbón el trono de México, la religión católica sin tolerancia de otros cultos como religión de Estado y la Unión de todos los mexicanos, criollos, indígenas, peninsulares y por supuesto también los Afro descendientes.
Los Tratados de Córdova, lograron la emancipación (Tutelada) del Imperio Mexicano, no incluyó a las Capitanías de Guatemala, Cuba y Filipinas, las primeras efímeramente se unirían al Primer Imperio separándose excepto Chiapas a su caída, mientras que las posesiones caribeñas obtendrían casi un siglo después su independencia. Agustín de Iturbide fue el consumador, el libertador, al menos durante el resto del siglo decimonónico ni siquiera los liberales con Juárez a la cabeza pusieron en duda esa distinción, en la fotografía del funeral de Benito Juárez incluso se ve que el féretro está bajo una pintura del Vallesolitano, pero eso cambió.
Los revolucionarios del siglo XX cuándo llegaron al poder, deconstruyeron en su beneficio la historia nacional, inventando por igual a héroes y villanos, por lo que los Obregonistas, retiran el nombre de Agustín de Iturbide de los muros del Congreso de la Unión. La historia no es buena ni mala es historia, puedes destruir monumentos pero no la puedes cambiar, si es posible en cambio enriquecerla, por lo que sería estupido derribar el Ángel de la Independencia porque lo hizo Porfirio Díaz, cambiar el himno nacional, como lo hizo el PRI porque fue obra de Santanna o despreciar nuestra bandera por ser inspirada por Agustín de Iturbide, no se diga celebrar la ceremonia del Grito porque invocaba a Fernando VII y los instituyó en Dolores el Emperador Maximiliano.
Agradezco la invitación del Capi Peréz a su ampliamente escuchado programa de La Caminera, espero haber sido motivo para generar la curiosidad de los radioescuchas por investigar sobre nuestra independencia y sus mitos que no lo son y los hechos que son mitos… Mientras tanto !Viva México!
Pero que se alegren todos los que en ti confían; que griten siempre de júbilo, porque tú los defiendes; que vivan felices los que aman tu nombre (Sal 5:11).
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