Patricia
Hasta dónde puede llegar la prepotencia, indolencia e indiferencia de los legisladores de Morena, quienes se sienten con el derecho de hacer lo que les venga en gana, y se atreven a acusar o insinuar sin pruebas, muy característico de ellos, con todo el poder que tienen, poder que los ha mareado.
La diputada federal por Chiapas, Carmen Patricia Armendáriz Guerra, que ha estado inmersa en medio de escándalos mediáticos, ayer se atrevió a SOSPECHAR en su cuenta de X que el padre Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado en San Cristóbal de las Casas, tenía nexos con el narcotráfico.
Su indolencia revictimizó al sacerdote, al postear: “Me atrevo que el crimen organizado ha rozado a la iglesia. El Sacerdote asesinado en San Cristóbal a decir de muchos, tenía bienes que no vienen de la limosna. Menos de una comunidad tan pobre”.
Es en serio, que estaría pasando por la cabeza de la diputada. Se le hizo fácil, quiso dar nota, o se le olvido que las benditas redes sociales son una navaja de doble filo. Vaya chinga la que le pusieron, por poner en duda la honorabilidad de un sacerdote que fue un férreo defensor de los derechos de los indígenas chiapanecos, un sacerdote reconocido por instancias internacionales.
Tras su lamentable y condenable sospecha, y ante la polémica que generó y los reclamos de internautas, la diputada morenista determinó eliminar su publicación.
Luego que le dieron hasta con la cubeta, la legisladora justificó su primera publicación y ofreció una disculpa, cuando sus sospechas ya habían dañado la imagen del sacerdote asesinado.
En una segunda publicación, escribió:“Lamento muchísimo que un tuit que pretendía arrojar información a los hechos ocurridos en Chiapas haya generado la opinión de que estaba acusando a una víctima. Pido una disculpa sentida a la iglesia y a sus familiares porque no fue mi intención. Nadie merece ser manchado con sospechas. Mucho menos un representante de la iglesia. Por eso baje el tuit”.
Mmmmm no sé Rick, creo que no fue sincera, vaya hasta en la segunda publicación se le hizo bolas el engrudo. Que información pretendía arrojar diputada Armendáriz, la de la sospecha, es neta. Y luego remata: “Nadie merece ser manchado con sospechas”, y ella manchó el nombre de un sacerdote muy querido y respetado en Chiapas.
Pero que se puede esperar de una diputada que desacreditó las denuncias de desabasto de medicamentos de padres con hijos con cáncer, la misma que justificó los lujos de los hijos de López Obrador, como la Casa Gris.
La misma que fue exhibida en abril de 2022 en una grabación, en la que con gritos, insultos, ofensas y manotazos en la mesa reclama a una comunidad de Lacandones por no presentarle proyectos.
En aquel entonces, como ayer, le llovió sobre mojado, porque fue calificada de racista y clasista, muy alejada al humanismo que tanto se pregonó en la pasada administración.
Y qué decir de esa joya, cuando propuso en noviembre de 2021 que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, debería ser acreedor al Premio Nobel de la Paz.
Aquí le dejo esa joya que posteó en Twitter: “Que triste que la acogida entusiasta de tantas organizaciones del Plan de Fraternidad de @lopezobrador_ contraste con el mutis y críticas de algunos mexicanos. El Plan es de gran calado y tiene gran viabilidad.#amlonobeldelapaz. Así el nivel de la diputada chiapaneca.
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