Persistente impunidad en agresiones contra periodistas en México
La espiral de violencia en contra de los periodistas en México persiste pese al discurso oficial como cada seis años, siempre se habla de mecanismos, de proteger la libertad de expresión, de proteger a los periodistas, pero es sólo parte de una narrativa falaz ante la realidad de los hechos que rebasan —por mucho— las declaraciones de la clase política mexicana.
En México, la impunidad en los casos de agresiones contra periodistas es un problema alarmante y persistente.
A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones y de la magra acción del gobierno, la falta de investigaciones efectivas y sanciones adecuadas sigue siendo una barrera significativa para la justicia.
Esta situación no solo disuade a las víctimas de denunciar, sino que también perpetúa la vulnerabilidad de los comunicadores, quienes se enfrentan a un riesgo constante en el ejercicio de su profesión.
Según datos de la organización Artículo 19, entre 2010 y 2018 se cometieron 186 delitos contra la libertad de expresión en México, de los cuales el 99.13% quedaron impunes. Esta cifra es un reflejo claro de la ineficacia del sistema judicial para proteger a los periodistas y sancionar a los responsables.
La falta de justicia no solo afecta a los periodistas y sus familias, sino que también tiene un impacto negativo en la sociedad en general.
La impunidad fomenta un ambiente de autocensura, donde los periodistas pueden sentirse obligados a evitar ciertos temas por miedo a represalias.
Esto limita el acceso a información veraz y oportuna para la ciudadanía, debilitando así la democracia y el estado de derecho, menoscabando ampliamente el derecho a la información de la sociedad.
En los últimos 20 años, México ha sido uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo. Desde el año 2000, más de 150 periodistas han sido asesinados en el país.
Esta cifra coloca a México en una posición alarmante a nivel mundial, solo superada por países en conflicto bélico.
La mayoría de estos crímenes permanecen sin resolver, lo que refuerza la percepción de impunidad y la falta de protección para los comunicadores.
Es imperativo que el gobierno mexicano implemente reformas profundas y efectivas para combatir la impunidad en los casos de agresiones contra periodistas.
Esto incluye la creación de mecanismos de protección más robustos, la capacitación de las autoridades en la investigación de estos delitos y la garantía de que los responsables enfrenten consecuencias legales.
Solo a través de un compromiso real y sostenido se podrá garantizar la seguridad de los periodistas y el derecho a la libertad de expresión en México.
La lucha contra la impunidad es una tarea ardua, pero esencial para la construcción de una sociedad más justa y democrática; claro, si al poder le interesa la preservación de la democracia.
Hay gobiernos que consideran que la denuncia pública es un ataque a las administraciones públicas, sin embargo, no se dan cuenta que este mecanismo implementado desde los medios coadyuba fehacientemente en la construcción de un gobierno más efectivo y asertivo en la toma de decisiones y prevención de la corrupción.
La protección de los periodistas no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también de fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en el país.
Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, 47 periodistas han sido asesinados en México. Esta cifra iguala la cantidad de periodistas asesinados durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
La situación sigue siendo preocupante, ya que México continúa siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
Enseguida enlistamos los nombres de los 47 periodistas caídos en la administración pública federal de López Obrador que está por concluir:
- Alejandro Martínez Noguez (Guanajuato)
- Lourdes Maldonado (Baja California)
- Benjamín Morales Hernández (Sonora)
- Gustavo Sánchez Cabrera (Oaxaca)
- Saúl Tijerina Rentería (Coahuila)
- Margarito Martínez Esquivel (Baja California)
- Roberto Toledo (Michoacán)
- Armando Linares López (Michoacán)
- Fredid Román Román (Guerrero)
- Antonio de la Cruz (Tamaulipas)
- Julio Valdivia Rodríguez (Veracruz)
- Israel Vázquez Rangel (Guanajuato)
- Jaime Daniel Castaño Zacarías (Zacatecas)
- Arturo Alba Medina (Chihuahua)
- Jesús Alfonso Piñuelas Montes (Sonora)
- Israel Vázquez Rangel (Guanajuato)
- Víctor Fernando Álvarez Chávez (Guerrero)
- Jorge Armenta (Sonora)
- María Elena Ferral (Veracruz)
- Víctor Fernando Álvarez Chávez (Guerrero)
- Jorge Celestino Ruiz Vázquez (Veracruz)
- Nevith Condés Jaramillo (Estado de México)
- Edgar Alberto Nava López (Guerrero)
- Rogelio Barragán Pérez (Morelos)
- Norma Sarabia Garduza (Tabasco)
- Francisco Romero Díaz (Quintana Roo)
- Santiago Barroso Alfaro (Sonora)
- Rafael Murúa Manríquez (Baja California Sur)
- Diego García Corona (Estado de México)
- Alejandro Márquez Jiménez (Nayarit)
- Jesús Alejandro Márquez Jiménez (Nayarit)
- Gabriel Soriano Kuri (Guerrero)
- Mario Gómez Sánchez (Chiapas)
- Rubén Pat Cauich (Quintana Roo)
- José Guadalupe Chan Dzib (Quintana Roo)
- Héctor González Antonio (Tamaulipas)
- Juan Carlos Huerta Martínez (Tabasco)
- Leobardo Vázquez Atzin (Veracruz)
- Carlos Domínguez Rodríguez (Tamaulipas)
- Gumaro Pérez Aguilando (Veracruz)
- Cándido Ríos Vázquez (Veracruz)
- Luciano Rivera Salgado (Baja California)
- Edgar Daniel Esqueda Castro (San Luis Potosí)
- Javier Valdez Cárdenas (Sinaloa)
- Maximino Rodríguez Palacios (Baja California Sur)
- Ricardo Monlui Cabrera (Veracruz)
- Miroslava Breach Velducea (Chihuahua)
Estos nombres representan solo una parte de los periodistas que han perdido la vida en el ejercicio de su profesión en México, son sólo los de los últimos 6 años.
La situación sigue siendo crítica y refleja la necesidad urgente de medidas efectivas para proteger a los periodistas y garantizar la justicia.
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