Presidenta Sheinbaum

Presidenta Sheinbaum

Será la historia la que juzgará a Andrés Manuel López Obrador por un sexenio que deja más dudas sobre sus cifras triunfalistas y su gestión contra la dura realidad del día a día de los mexicanos.

Un sexenio que deja casi 200 mil muertos en una estrategia basada en los abrazos y no balazos, un ejército de albañiles armados y generales multimillonarios y un país sin arcas abundantes de las cuales echar mano, un una guardia nacional que debería ser civil, fue desde su origen militar, sólo que desde este domingo, ya fue ratificada por más de 17 entidades su subrogación al ejército, son parte de la herencia de la presidenta Claudia  Sheibaum Pardo.

Dedicar más palabras a lo que muchos mexicanos consideran un estado fallido y otros lo consideran como el mejor presidente en la historia, me deja un desazón y lo considero un despropósito, en todo caso, si hizo bien o mal su trabajo, no será con porras o posts en las redes sociales como se verá el triunfo o no de sus prácticas políticas y su administración.

Lo que sí fue notorio siempre fue el culto a la personalidad, ya veré jimotear a la vecina porque ya no podrá poner las mañaneras a todo volumen y por fin descansaré de sus desgarradoras notas cantando por las mañanas.

Eso es lo que me deja la ausencia de las mañaneras, gracias al creador.

La histórica elección que deja a su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, que tendrá en su emblema de administración a una joven de perfil, con rasgos autóctonos con cabello largo y detrás esta la bandera mexicana en la que casi no se nota el escudo nacional, es doblemente histórica porque tendremos a la primera mujer que encabezará como Jefa del Ejecutivo Federal esta nación que otros tiempos presumía un equilibrio de poderes y una sana democracia.

El reto de Claudia Sheinbam no es con sus huestes o con reafirmar su liderazgo, incluso, ni siquiera tiene por qué negociar, escuchar o lidiar con la oposición, sus únicos dos problemas se llaman inseguridad y recursos económicos.

El estado de negación de casi todos los gobernadores morenistas, incluyendo por supuesto a la de Tlaxcala, Lorena Cuellar, nos hace pensar en lo que le depara el futuro a nuestros hijos, a nuestros nietos y a todos los que hoy son menores de edad.

La descomposición del tejido social será la consecuencia del incremento de la inflación que se prevé vendrá en escalada al crecer la deuda interna y externa, porque el dinero de los fideicomisos, fondos y organismos garantes que quedan, no tardan en ser liquidados y serán evaporados ante la vorágine social que demanda más programas sociales y más beneficios sin tener que trabajar.

La obra pública basada en transportes obsoletos, la ausencia de supervisión en la aplicación de los recursos, la propia inseguridad y la escasa vigilancia a los gobiernos, es lo que imposibilitará la fiscalización a la federación.

Hemos sido testigos de los cuestionamientos de las personas en las redes sociales acerca de que si la presidenta será títere de López Obrador o no, hemos visto la unción de Andrés Manuel Lóprez Beltran en la dirigencia nacional de Morena, de los dichos acerca de su designación como presunto proyecto presidencial 2030, consumándose así lo que ya se denomina el obradorato.

La pérdida de las libertades es otro tema que se encuentra en entredicho, entre ellas, la libertad de expresión, que ha resistido la desregulación pero que hoy en día, reclama una revisión en torno a quienes nos dedicamos al ejercicio profesional del periodismo.

La existencia de una Ley reglamentaria del artículo 6º. Constitucional, es sólo una parte, hace falta el compromiso de periodistas y organizaciones de periodistas para que el ejercicio sea desempeñado por profesionales, por profesionales del uso del lenguaje, el reporteo, la investigación.

Así como se ha regulado el ejercicio del desempeño profesional de médicos y abogados, es urgente que sólo aquellos que cuenten con la misma rigurosidad para el desempeño de la noble labor de informar.

La sociedad mexicana no puede seguir informada a medias por intereses mesquinos de oportunistas que, armados con un teléfono y un tripié, reemplacen la labor de los medios de comunicación y sus profesionales.

Estos “creadores de contenido” que no tienen especialidad comercial otra que la de suplantar la labor de reporteros y medios, deben detener inmediatamente su labor y las autoridades deben suspender el financiamiento a estos pseudomedios de comunicación que actúan como verdaderos depredadores que acechan lo mismo a alcaldes que a diputados y gobernadores.

Sólo los más valientes, más inteligentes y más consolidados comunicadores, serán los que pervivan ante la oleada de depredadores que invaden su entorno y sólo aquellos que estén sedientos y hambrientos de conocimiento y preparación, son los que alcanzarán el estándar que la sociedad moderna reclama de quienes llevan información a la red en esta era de la hiperinformación.

Asi que, no sólo la presidenta Sheinbaum tiene sus retos, hoy la prensa también tiene los suyos y hasta sus propios demonios.

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