
Rumbo a los 500 años de la fundación de Tlaxcala 3
Rumbo a los 500 años de la fundación de Tlaxcala 3ª PARTE
Guillermo Alberto Xelhuantzi Ramírez
xelhuantzi2016@gmail.com
En Tlaxcala a finales de los años 90 se crea el Museo de la Memoria y el Fideicomiso Colegio de Historia de Tlaxcala, que promovieron la publicación de investigaciones sobre la colonización de los tlaxcaltecas al norte de la Nueva España, la serie de novelas históricas, los estudios regionales y la publicación del boletín Tlahcuilo y La Revista del Colegio en los años 2005-2010
En este periodo la Universidad Autónoma de Tlaxcala continúo realizando los Congresos Internacionales de Investigaciones Socio Históricas, que en principio fueron organizados por el gobierno del estado, la UAT y la Universidad Iberoamericana. Por otra parte, los nuevos hallazgos en Cacaxtla, Xochitecatl, Sultepec Tecoaque, Tepeticpac y Ocotelulco fueron presentados por los investigadores del Centro Regional INAH en una serie de congresos, que poco tiempo después conformarían el Diplomado en Historia, Antropología y Arqueología de Tlaxcala, donde se presentaban las nuevas líneas y avances de investigación sobre diferentes aspectos de la historia del estado.
El rescate de archivos parroquiales y estudios de códices coloniales continúo por parte de los alumnos del maestro Luis Reyes, con respecto a este punto, es importante resaltar los trabajos de Nazario Sánchez Mastranzo y Raúl Macuil, que han reunido y traducido una gran corpus de manuscritos en lengua náhuatl, además en este periodo, el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin fue el principal promotor de la tlaxcaltequidad, durante su trayectoria como cronista, promovió el hermanamiento de la ciudad con comunidades pobladas por tlaxcaltecas en el norte de México, y de ello, las administraciones gubernamentales forjaron el lema “Tlaxcala cuna de la nación” y se publicaron textos como La diáspora tlaxcalteca de Tomas Martínez Saldaña, Aliados y Adversarios de Eugene Segó y posteriormente en 2009 a 2015, se publican los seis volúmenes de transcripciones de documentos recopilados por el Dr. José Antonio Rivera Villanueva en diversos archivos del norte de México.
Sin duda, la colonización en 1591 del Norte de la Nueva España fue un hecho muy importante para pacificar las tierras habitadas por los grupos chichimecas y para abrir nuevas rutas para la explotación de los yacimientos de plata; la herencia de estas familias tlaxcaltecas ha perdurado en ciertas regiones de los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León, Durango, Tamaulipas, Zacatecas y Jalisco, pero de ahí a decir que por este hecho, México debería llamarse Tlaxcala es desvirtuar nuestro pasado, pues reiteramos, las colonizaciones fueron en ciertas regiones del norte y en periodos muy específicos como en el siglo XVI cuando salieron las 400 familias, en cambio en el XVIII, la colonización partió de los poblados que los tlaxcaltecas habían fundado en la región
En este contexto y a raíz de la próxima conmemoración de los 500 años de la fundación de la ciudad, han surgido diversos planteamientos por parte de los historiadores tlaxcaltecas, el primero de ello, se refiere a si la fundación de Tlaxcala ocurrió en 1525 a raíz de la expedición de la Bula de Clemente VII, el segundo tema, es la pertinencia o no de modificar el escudo de armas de Tlaxcala y un tercer tema seria reflexionar sobre el hecho de que se conoce más de los colonizadores del norte de México, que de los propios habitantes de la ciudad durante el periodo colonial.
Con respecto al primer punto, señalamos que esta discusión data de hace ya algunos años cuando Armando Díaz de la Mora público en 2006 su libro Crónica de Tlaxcala. La ciudad de 1524 a 1573, y este texto pone en tela de juicio la información que se difundió en el facsimilar de los Documentos de la ciudad de Tlaxcala, publicado por el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura y el Gobierno del estado, dicho cuestionamiento ha sido ampliamente difundido en diversos foros culturales, no obstante, es importante señalar que la construcción de la ciudad fue un proceso lento que implico varios años, hecho que está vinculado con la fundación del obispado y construcción del convento franciscano.
Cada elemento que integra la ciudad es precisamente producto de una historia, que inicia en el siglo XVI y que se ha transformado en el trascurso del tiempo. Como una de la principales ciudades de la Nueva España, sus edificios civiles y religiosos son huellas, vestigios que dan testimonio de procesos históricos que no se gestaron en otra regiones como la evangelización realizada por los frailes franciscanos en el siglo XVI, muestra de ello es el conjunto conventual franciscano y catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción que fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2021.
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