Terror y política

Terror y política

Debo reconocer que no me gustan las películas de miedo. Solo recuerdo haber visto "La noche de los muertos vivientes". Ahí me quedé. Satisfecho.

Como te digo, no me gusta el miedo, pero me encanta Halloween y la celebración de muertos. Ya sé que es una contradicción, pero el ser humano es así, y un poco más abajo tendrás la oportunidad de comprobarlo.

Para celebrar estas fiestas, he decidido escribir hoy bajo el intrigante título “Terror y Política: Misterios del más allá en la estrategia comunicativa del fiscal del horror”

Aprovechando estas fechas de terror, busco revelar maldiciones, elixires mágicos, fantasmas, espíritus y muchas otras narrativas inquietantes que se ocultan en la estrategia y la comunicación política. Estos fallos de los políticos no solo nos horrorizan, sino que también nos dejan muertos de miedo ante la falta de claridad y sensibilidad en sus mensajes.

La historia de terror que traigo  está protagonizada en estos días por el Fiscal General del Estado de Querétaro, Víctor Antonio De Jesús Hernández.

Cuando se conocieron las declaraciones del fiscal, este sombrío asunto me dejó en shock, como a casi todos los que vivimos la política con un mínimo de interés y pasión. Dijimos: "No puede ser, ¿de verdad está narrando de esa manera?"

Las conversaciones que mantuve con amigos y amigas reflejaban un sentimiento común: asombro y total desaprobación.

Sin embargo, uno de esos mensajes me motivó a escribir sobre el tema en un par de ocasiones.

Te invito a visitar mi blog, donde detallaré lo que se comentaba en el WhatsApp. Pero antes, déjame ofrecerte un contexto sobre quién es el fiscal Víctor de Jesús, en caso de que no residas en Querétaro o hayas estado alejado de la realidad en los últimos tres meses.

Víctor Antonio de Jesús Hernández cursó la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Además, posee estudios de posgrado y una especialización en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Fue nombrado en agosto de este año durante una sesión legislativa muy criticada y llevada a cabo a puerta cerrada.

Entre 2016 y 2021, se desempeñó como subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobierno del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro y también es el notario titular de la Notaría Pública 14 en San Juan del Río. Es un panista, con un pensamiento claramente ultra derechista.

El político conservador con apariencia de defensor de los derechos de la infancia, que siendo  monaguillo de niño se robó las limosnas y la primera persona a la que creerías que podría ser un aliado de la justicia infantil, fue aclamado el pasado fin de semana tras múltiples denuncias que lo acusaron de machista, misógino, cavernícola  y violador de los derechos de la infancia.

Justicia poética

El fiscal aparece en escena en su versión de "El Carnicero de la Noche" y lleva a cabo una maléfica entrevista el domingo por la tarde, anunciando que la niña de 14 años era una asesina, y de eso se le acusaba, no de abortar. Se notó que salió orillado por las críticas a su persona, como un espectro asustado, sin el respaldo de asesores en comunicación política. Nunca imaginó la tormenta oscura que se desataría a raíz de sus aterradoras declaraciones, viviendo así días de terror y horror en el gobierno del estado, donde los ecos de sus palabras resonaban como lamentos en una noche de brujas.

A raíz de la siniestra entrevista, nos hemos visto obligados a reír... como un mecanismo de defensa ante el terror. Cada palabra del fiscal resonó como un eco escalofriante, convirtiendo la situación en una pesadilla colectiva. El miedo se ha apoderado de nosotros, y los comentarios que circulan son más un intento de conjurar el horror que de encontrar sentido en lo absurdo. En esta macabra obra de teatro político, los fantasmas de la incredulidad y el espanto nos persiguen, dejándonos atrapados en un laberinto de terror que parece no tener fin.

En medio de esta oscuridad, aparece la presidenta Claudia Sheinbaum, como un faro tenue de serenidad, tratando de calmar las aguas turbulentas provocadas por las palabras del fiscal. Con un tono firme y paz en el alma, promete que habrá justicia para Esmeralda, infundiendo un rayo de esperanza en un escenario lleno de sombras. En esta macabra obra de teatro político, los fantasmas de la incredulidad y el espanto nos persiguen, pero la voz de la presidenta resuena, recordándonos que, a pesar del horror, la justicia puede prevalecer.

Hoy ya no queda ni una coma de esa declaración por ser revisada. La han destripado psicólogos, feministas, políticos de oposición y tertulianos, como almas en pena buscando respuestas en un panteón de absurdos. Aquí quiero ofrecer un nuevo ángulo: el análisis desde el punto de vista de la comunicación política, porque, en esta danza macabra, la gestión del terror se convierte en arte.

Aprecio cinco errores monstruosos que emergen de esta oscura neblina, sin descartar que existan otros más que acechan en las sombras:

Cinco errores monstruosos que acechan en la oscuridad de su comunicación política: 

  1. Revictimización Aterradora: Al señalar a la niña como asesina, el fiscal no solo cometió un error, sino que lanzó una maldición sobre su vida, arrastrándola a un inframundo de estigmas que la marcarán para siempre. Este acto de revictimización es como un ritual oscuro que perpetúa el sufrimiento en lugar de buscar la justicia.
  2. Falta de Empatía Fantasmal: La ausencia de sensibilidad en sus palabras lo convierte en un espectro que no comprende el dolor ajeno, un verdadero fantasma de la insensibilidad. Su discurso es un eco helado que resuena en los corazones de quienes sufren, dejando una estela de desdén que sólo amplifica el sufrimiento de la niña.
  3. Desconocimiento del Interés Superior: Ignorar el bienestar de la menor es abrir un portal a la injusticia, dejando que las sombras de la indiferencia se adueñen de la situación. Este desprecio por el interés superior del niño es una ofrenda siniestra a un sistema que prioriza la retórica sobre la realidad.
  4. Desinformación Pavorosa: Las palabras del fiscal generan confusión y caos, como un grito en la oscuridad que no encuentra eco en la razón. Su discurso, enredado en contradicciones, se asemeja a las almas que vagan sin rumbo, incapaces de encontrar la verdad que deberían proteger.
  5. Crisis de Credibilidad: Cada declaración lo hunde más en un abismo de desconfianza, convirtiéndolo en un personaje de una historia de terror que ya no puede escapar de su propio relato. Como un maleficio que se vuelve en su contra, su credibilidad se desmorona ante los ojos de una ciudadanía que clama por claridad y justicia.

A través de su comunicación política, el fiscal ha perdido quizás la única oportunidad de mostrarse humano, con sus contradicciones y debilidades. Sin restar importancia a las denuncias, sus palabras  convierten este oscuro episodio de la política queretana en algo aún más escalofriante.

Porque, hasta en los momentos más difíciles, la comunicación política puede ser tu gran aliada o tu peor enemiga. Y en este caso, el patriarcado, la subjetividad tóxica y la forma de vida machista han terminado de sepultarlo, Sr. Fiscal.

Para darle la última palada a la tumba del fiscal y el gobierno del estado, tras la reunión con la Secretaría Nacional de Mujeres y las contundentes declaraciones de la Presidenta de la República, así como el posicionamiento de los y las diputadas federales y senadoras de Morena, quienes exigen juicio político para el Fiscal, se produce una macabra danza de decisiones. En un acto de total falta de timing político, deciden realizar otra entrevista con un periodista que cobra caro, conocido por las obras terroríficas que construía junto al preso en Estados Unidos, Genaro García. 

Este personaje, enemigo número uno de Morena y de la presidenta Claudia Sheinbaum, se convierte en el escenario perfecto para repetir la misma dosis de declaraciones que ya resonaban como un eco maldito. Es un espectáculo digno de un aquelarre, donde las palabras vuelven a levantar los fantasmas del descontento y la indignación, arrastrando a todos en una espiral de desatino y desconfianza que, como un oscuro rito, parece no tener fin. 

Las sombras de estas decisiones flotan en el aire, mientras la ciudadanía observa atónita cómo el horror se repite, como un mal sueño del que no pueden despertar. En este escenario, los ecos del pasado y la falta de sensatez política se entrelazan, dejando a la administración al borde de un abismo aún más profundo.

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