De la necesidad al éxito: La inspiradora historia de Javier Rivera Bonilla
Apizaco, Tlax.- Javier Rivera Bonilla es un nombre que resuena con fuerza en el municipio de Apizaco. Su historia es un testimonio de perseverancia y visión, una narrativa que comienza hace 36 años cuando, a la edad de 19 años, llegó a este lugar buscando oportunidades laborales.
Hoy, a sus 55 años, Javier no solo ha encontrado un empleo, sino que ha construido un imperio.
Su viaje comenzó en la cervecería Moctezuma, donde trabajó como chofer vendedor.
Fue allí donde conoció a los propietarios de los abarrotes más importantes de la región y donde se gestó su segundo sueño.
Un sueño que tomó forma cuando Mauricio Manzano, uno de sus clientes, le ofreció traspasarle su negocio por la suma de $10,000.00 pesos, una oportunidad que Javier no dejó pasar.
Originario de una comunidad llamada San Andrés Payuca en el estado de Puebla, Javier creció en una familia de escasos recursos.
Desde los ocho años, comenzó a trabajar en una carnicería donde, en lugar de dinero, le pagaban con medio kilo de carne.
Este pago era un tesoro para su familia, que estaba acostumbrada a subsistir con arroz y frijoles.
A los 12 años, tras concluir la primaria, Javier se trasladó a la pequeña ciudad de Libres, Puebla, en busca de una vida mejor. Allí encontró trabajo como bañero en unos baños públicos.
A pesar de ser el hermano del medio en una familia de siete, Javier siempre tuvo grandes aspiraciones. Desde muy joven, soñaba con cambiar su destino y el de su familia.
La adversidad marcó su infancia; la lucha contra el alcoholismo de su padre y las duras palabras de una niña que le gustaba lo impulsaron a forjar un carácter fuerte y determinado.
Javier aprendió que el éxito no se trata del lugar donde uno está, sino de la visión y el esfuerzo que uno está dispuesto a invertir.
Con $10,000.00 pesos y una miscelánea, Javier comenzó su proyecto. Reinvirtió cada utilidad y cada salario de la cervecería en su negocio, lo que le permitió crecer rápidamente.
En menos de un año, su miscelánea se transformó en un supermercado, y aunque el dueño del local eventualmente le pidió que se marchara al ver su éxito, Javier ya había sentado las bases de lo que sería una cadena de supermercados.
Hoy, con 38 tiendas bajo el nombre de Súper Rivera, Javier es un ejemplo de que con visión y trabajo duro, se puede transformar la necesidad en éxito.
Su historia es un recordatorio de que, incluso en los municipios con presupuestos limitados, la buena administración y la visión clara pueden llevar al triunfo.
Javier Rivera Bonilla no solo ha cambiado su vida desde hace 36 años que reside en Apizaco, su hogar, el que lo vio madurar y convertirse en el gran empresario que es, sino que también ha inspirado a toda una comunidad a soñar en grande.
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