
El 8M en la mirada de mis ojos a través de tu perspectiva
Ser hombre en México significa ser un macho en toda la extensión de la palabra, en este país en el que se les dice "putos" a todos, excepto a los que se ofenden.
A un padre le cuesta demostrar el dolor, la impotencia de no salir a defender a quienes ama, de no poder salir a romperle los dientes a quienes ofenden a nuestras niñas.
Yo te vi. Muy de mañana te apuraste a concluir con tus labores matutinas después de haber pedido el día en el trabajo para poder asistir, buscando que alguien más te cubriera. Incluso, si no te daban permiso, tú buscarías la forma de ir de todas maneras.
Es increíble que, ante tanta ternura que tienes, haya una mujer dispuesta a salir a gritar y a exigir respeto ante todo, respeto por ti y por todas.
El hombre en mí no comprendía, hace unos pocos años, lo doloroso e insoportable que resulta soportar a un imbécil que te acosa, a un infeliz que te toca sin tu permiso.
¿Cómo perdonar a un sujeto que te jaloneó y te lastimó la muñeca? ¿Cómo no buscarlo para romperle toda su boca y al menos las dos piernas?
No cabe duda de que salir a las calles el 8 de marzo es un acto de sublevación justificada, una exigencia de justicia para ti y para todas aquellas que sufren, hermanas del mismo dolor.
Los golpes y la violación son temas demasiado recurrentes en las menores de las que nadie dice nada.
El hecho de que, en México, durante los últimos 12 meses, se hayan reportado más de 4.5 millones de casos de abuso sexual infantil, según un informe de la OCDE, es alarmante.
En 2023, los hospitales atendieron a 9,802 menores por violencia sexual, siendo las niñas las principales víctimas.
Además, se estima que el 90% de los casos no son denunciados.
En Tlaxcala, durante 2024, se registraron 1,265 casos de violaciones sexuales contra menores, lo que equivale a un promedio de 3.4 casos diarios.
También se reportaron 43 hospitalizaciones por agresiones sexuales a menores, destacando que la mayoría de las víctimas tenían entre 14 y 15 años.
Ahí están las fotografías de todos aquellos que amenazan tu integridad y la de todas: aquellos que, con gritos, insultos, manotazos, golpes y armas, les han cortado las alas a tantas y han matado los sueños de muchas más.
No se necesita ser mujer para entender que lo único que quieren es ser libres: libres de ser, de expresarse y de elegir su propio camino.
Cada día me asombra más que tu inteligencia emocional sea tan grande y profunda. Que, además de ser una profesional de las letras, también seas una profesional de la salud.
No es sólo orgullo de padre, sino también dolor al saber que hay muchas como tú, pero que no lograron alcanzar sus metas porque alguien sin alma las mató, las intimidó, les sembró miedo e inseguridad.
En Tlaxcala, en 2024 se documentaron más de 40,000 casos de violencia contra mujeres, con un aumento significativo en agresiones físicas y psicológicas.
Y por eso, no dudaría en derrumbar el sitio histórico más valioso de nuestro país, de nuestro estado o de nuestra ciudad, si eso significara devolverle a unos padres angustiados a su hija que fue “levantada” en algún momento entre la escuela y su casa.
Prefiero una ciudad en ruinas en lugar de que nos falte una.
Si es tu hija la que te falta, yo saldré a buscarla para ayudarte, porque no hay dolor más grande para un padre que perder a su hija.
¿Cómo ignorar las cifras negras y no preocuparme cuando sales a la escuela o al trabajo, sabiendo que en 2024, en México, se registraron 797 feminicidios y un promedio de 9 mujeres asesinadas al día por motivos de género?
Además, hubo 2,598 homicidios dolosos de mujeres, lo que refleja la gravedad de la violencia contra ellas.
En Tlaxcala, se reportaron 28 delitos graves contra mujeres, de los cuales 11 fueron feminicidios hasta septiembre de 2024.
Eso sin mencionar la información extraoficial que indica que cada día se presentan 210 denuncias de acoso en las instancias procuradoras de justicia de Tlaxcala.
¿Cómo no salir a marchar contigo, aunque sea para cuidarte de la ola de depredadores que salen a fotografiar los rostros de todas ustedes en la marcha?
¿Cómo no cuidarlas a todas?, ¿cómo no preocuparme por tantas jóvenes que salen a perseguir sus metas cada día, sin la seguridad de que tal vez no regresen a sus hogares, en un país donde la violencia es una constante?
¿Cómo poder dormir en un lugar donde el crimen y las balaceras son noticias de todos los días en todo el territorio nacional?
El 8M ya no es sólo una conmemoración, es un grito desesperado tuyo, de ellas, de todas.
"Quiero verte feliz y verte realizada."
Ese es el sueño de todo padre para sus hijas.
Te amo, hija.
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