Aguascalientes, la joya de la corona electoral

Aguascalientes, la joya de la corona electoral

En Aguascalientes el PAN, PRI, PRD se juegan una carta indispensable para la continuidad de su proyecto, pero también para el 2024. Los datos les favorecen en la entidad, pero no será sencillo.

En Aguascalientes se va a desarrollar una de las disputas política electorales más interesantes. Lo que está en juego, además de la gubernatura, es la supremacía casi absoluta de Morena, frente a la sobrevivencia del aliento opositor que se expresa en la alianza Va por México, del PAN, PRI y PRD.

Aguascalientes es por ello, la joya de la corona y el epicentro de muchos de los factores que irán perfilando el horizonte del 2024 y del paso obligado, el próximo año, en el Estado de México.

El estado es un reflejo de la historia del país en las últimas décadas. El PRI el PAN han gobernado la entidad en diversas alternancias que se han acompañado de un entendimiento funcional que explica, en alguna medida, que las cosas hayan ido razonablemente bien.

En la actualidad, el gobernador, Martín Orozco, cuenta con una calificación positiva y ello explica que las mediciones sobre la próxima contienda se decanten en favor del panismo.

Un dato, en las elecciones del 2021, el PAN logró un 45 por ciento de los votos, frente al 22 por ciento que obtuvo Morena.  

La diputada Teresa Jiménez, quien abanderará a la alianza en el estado, es puntera en las encuestas y por una diferencia hasta ahora cómoda.

Jiménez es una política joven y talentosa, que cuenta ya con la experiencia de gobierno porque fue alcaldesa de la capital del estado. La conocen sus paisanos y eso también es una ventaja.

Su reto será el de establecer una campaña que muestre que se mantendrá lo que está bien, pero al mismo tiempo que hay posibilidades de mejoría y de corrección de errores o de adecuación de lo que no funciona.

La favorece un electorado que no se inclina por posiciones radicales y que más bien se mantiene en posiciones conservadoras.

Puede ocurrir un fenómeno similar al de Chihuahua, donde la panista Maru Campos, hizo converger a los factores de poder y de la sociedad para impedir que ganara Morena. Lo logró en condiciones muy difíciles, inclusive contra el entonces gobernador del estado, y también panista, Javier Corral.

La diferencia es que, en Aguascalientes, Martín Orozco no va a jugar contra Jiménez y por diversos motivos, pero uno de ellos es que no tiene que buscar redes de protección y que le convendrá que el poder se mantenga en alguien de su partido y además respaldada por otro factor de poder importante, el PRI.

Al parecer, los diferendos que surgieron por el método de selección y su desarrollo, ya quedaron atrás, porque a todos les queda claro que no pueden permitirse una derrota, por ellos, y por el futuro de sus partidos.

Esto no debe hacer perder de vista, que Morena eligió bien, porque su candidata, Nora Ruvalcaba, tiene una trayectoria limpia y transitó su encargo de delegada especial del gobierno federal sin problema alguno. Su desafío también es grande y pasa por tratar de alejarse de la propia marca que la respalda. Muchas de las cuestiones que en otros lugares significan adhesiones, en Aguascalientes pueden ser contraproducentes.

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