Arrancará Corredor Interoceánico en una ciudad de Oaxaca con más de 50 colonias sin agua potable
Ante el aumento de la población de Salina Cruz, las tuberías para la conducción de agua potable que datan de inicios de la década de los 70 representan un problema para el suministro
Los casi 80 mil habitantes que tiene Salina Cruz, considerada como la ciudad de Oaxaca que será la punta de lanza del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), viven atrapados desde hace medio siglo en el desabasto de agua potable, a pesar de que la Comisión Estatal del Agua (CEA) opera 15 pozos en ese puerto.
El problema, explica el administrador del sistema salinacrucense del agua, Darío Toledo Cabrera, no radica en el número de pozos, sino en las obsoletas líneas de conducción de 18 pulgadas de diámetro. “Tenemos dos de 15 kilómetros cada una que se introdujeron a inicios de la década de los 70, cuando la población aún no crecía al ritmo actual”, explica.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en 1970, cuando se introdujeron esas dos líneas principales de conducción con tramos de asbesto, Salina Cruz no rebasaba los 22 mil habitantes, tenía 58 mil menos que en 2022, y ahora, gran parte de esa tubería está destrozada.
Rafael Mayoral, uno de los coordinadores de los Comités de Agua de Salina Cruz y de la Coordinadora de Colonias Unidad (CCU) del puerto describe que por el crecimiento poblacional registrado en los últimos 50 años, varios tramos de esas dos líneas principales de conducción se encuentran ahora bajo las viviendas y bajo las vías del Ferrocarril Transístmico que se está rehabilitando.
“La ciudad ha crecido, pero la infraestructura hidráulica no y por esa razón hay como un tercio de las 150 colonias que componen al puerto de Salina Cruz que de plano no cuentan con agua potable, además de que están ubicadas en las partes más altas de los cerros. En esos puntos, la población baja a zonas con accesos menos complicados a comprar agua en las pipas”, describe Toledo.
A fines de los años 70 y durante los 80, con la construcción de la refinería Antonio Dovalí Jaime y con la reactivación del astillero de marina número 20, miles de campesinos abandonaron sus tierras en las comunidades vecinas y se trasladaron a Salina Cruz, donde construyeron sus viviendas en laderas, cerros y a orillas de arroyos altos, relató el administrador del sistema porteño de agua potable.
Toledo Cabrera dice que, en la actualidad, tienen registrados a 35 mil usuarios con tomas domiciliarias, pero que menos de 5 mil pagan puntualmente el consumo doméstico.
Esto, reconoce, porque por los problemas de infraestructura, dan el servicio sólo dos días por semana.
Es por el insuficiente ingreso que percibe la oficina local del agua potable, aparentemente abandonada a su suerte por la CEA, que en Salina Cruz no se tiene la capacidad económica para adquirir dos equipos de bombeo que se quemaron y provocaron la interrupción del servicio de dos pozos, lo que ha dejado sin agua a 25 mil familias desde el pasado 20 de abril.
Comentarios