• Veracruz

• Redacción
• 20 julio 2021

Por: Sergio Sánchez 

Luego de que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, “destapó” los nombres de sus probables sucesores como candidatos de Morena a la Presidencia para los comicios de 2024, más de un actor político dentro y fuera del partido no ha estado de acuerdo con lo que declaró como un inicio anticipado de la contienda electoral.

Al respecto, en entrevista con Adela Micha para el Heraldo TV, el presidente de la junta de Coordinación Política del Senado y coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, Ricardo Monreal, brindó su opinión sobre esta situación con la que dijo no estar de acuerdo.

Para el legislador morenista este “destape anticipado” puede generar fisuras y rupturas al interior del movimiento, por lo que el senador aseguró no está tranquilo por el hecho de que la contienda se abriera tempranamente.

Según consideró Ricardo Monreal, el hecho de que el mandatario federal menciona a unos actores y a otros no inicia un desequilibrio, debido a que los equipos de la gente que él menciona ya están iniciando su campaña de manera anticipada y eso genera un proceso inequitativo. Asimismo señaló que se pueden presentar golpes internos y descalificaciones.

Sobre sus intenciones de contender por la Presidencia, Monreal recalcó que su intención siempre ha sido clara y no intenta engañar  a nadie, pues en todo momento ha dicho que será puntual con la cita histórica, por ello cuando salga la convocatoria de Morena se anotará para concursar.

También aclaró que al ser militante y fundador del partido, así como aliado del presidente, su motivación está encaminada más por una responsabilidad política que por una simple ambición de poder.

¿Cómo es la relación con AMLO?

Al ser cuestionado sobre cómo es su relación con López Obrador, Ricardo Monreal, recalcó que es buena, motivo por el que no le molesta que el mandatario no lo mencionara en su terna para sucederlo en la contienda electoral. 

En este sentido dijo que el “destape anticipado” para él tiene dos lecturas, la primera que se termine con la campaña de señalamientos que acusan a Andrés Manuel López Obrador de tener intenciones de reelegirse; y en segundo lugar terminar con la tradición política del "tapadísmo".