
Morena y sus sombras: patriarcado, neoliberalismo y el riesgo de traicionar la 4T
Mirada Crítica
Por Raúl Reyes Gálvez
” El mayor desafío de Morena no está afuera sino dentro: erradicar el machismo, el patriarcado y las contradicciones que amenazan su propia transformación”
Narrativas en conflicto: Piedragil, Atypical y el liderazgo de Claudia Sheinbaum
La narrativa política de Morena enfrenta una confrontación interna que pone en juego los valores transformadores de la Cuarta Transformación (4T). En el epicentro de este conflicto, las declaraciones de Diego Sinuhé Piedragil, legislador local en Querétaro, revelan una alineación preocupante con discursos opositores y críticas propias de medios como Atypical Te Ve. Piedragil no solo ataca los liderazgos femeninos dentro del partido, sino que también promueve una narrativa que contradice el discurso de Claudia Sheinbaum, quien ha consolidado el mensaje de “No llegué sola, llegamos todas” como bandera de su gobierno.
Piedragil y la narrativa del patriarcado político
En un reciente episodio que expone las tensiones narrativas dentro de Morena, Diego Sinuhé Piedragil calificó como “patriarcado político interno” la actual dirigencia estatal del partido en Querétaro, liderada por Griselda Sánchez Díaz de León. Con ello, intentó justificar su visión de una dirigencia liderada por una mujer pero “títere” de un hombre, que, paradójicamente, refuerza las lógicas patriarcales que Claudia Sheinbaum ha denunciado públicamente.
El discurso de Piedragil resuena con la retórica opositora que ha buscado deslegitimar el liderazgo femenino en Morena, especialmente el de Sheinbaum. Medios conservadores como Atypical Te Ve han insistido en posicionar a la presidenta como una figura dependiente del liderazgo de López Obrador, reduciendo su papel a una extensión de un poder masculino. Piedragil, al replicar estas narrativas dentro del partido, alimenta el argumento de quienes cuestionan la capacidad de las mujeres para liderar espacios políticos transformadores.
Mientras Claudia Sheinbaum articula un discurso que visibiliza la fuerza colectiva de las mujeres con su frase “No llegué sola, llegamos todas”, Piedragil se erige como un portavoz de las dinámicas políticas que buscan restar legitimidad a las lideresas locales. Este choque narrativo no es menor: refleja una disputa de fondo sobre qué valores deben guiar la transformación que Morena promete al país.
Claudia Sheinbaum: el tiempo de las mujeres
Desde su ascenso a la presidencia, Claudia Sheinbaum ha defendido un discurso que rompe con las estructuras machistas tradicionales, declarando abiertamente que su liderazgo no es un hecho aislado, sino el resultado de una lucha colectiva de mujeres. La frase “No llegué sola, llegamos todas” encapsula un mensaje de empoderamiento que busca reconocer las contribuciones de las mujeres a la transformación política del país.
Este mensaje no es meramente simbólico. En cada espacio que Sheinbaum ocupa, ha insistido en la necesidad de construir una nueva narrativa que no solo visibilice, sino que centre a las mujeres en la política. Es un discurso que confronta directamente las críticas opositoras, quienes intentan desvirtuar su liderazgo con argumentos reduccionistas y machistas, y que también desafía a las voces internas de Morena que, como Piedragil, replican esas mismas lógicas.
El contraste es evidente: mientras Sheinbaum promueve una narrativa de inclusión, Piedragil refuerza las estructuras de exclusión al subordinar liderazgos locales, como el de Griselda Sánchez, y posicionarse como un vínculo con el poder nacional. Este centralismo discursivo invisibiliza las aportaciones de las mujeres y refuerza la percepción de que las decisiones importantes deben tomarse desde un liderazgo masculino.
La influencia de Atypical y los riesgos internos
El discurso de Piedragil no se origina en el vacío. Su narrativa se alinea con las críticas provenientes de espacios mediáticos como Atypical Te Ve, donde analistas como Carlos Alazraki han cuestionado el liderazgo de Sheinbaum bajo la narrativa de la dependencia. Al reproducir estas ideas, Piedragil se convierte en un eco de la oposición dentro del propio Morena, debilitando la cohesión del partido y alimentando la percepción de que las tensiones internas son insalvables.
Además, las críticas de Piedragil no se limitan al ámbito narrativo. Su voto a favor de políticas fiscales regresivas, como la Ley de Ingresos de Querétaro, evidencia una alineación con lógicas neoliberales que contradicen los principios redistributivos de la 4T. Esta contradicción refuerza las críticas internas que acusan a los pragmáticos de Morena de incoherencia y de traicionar los valores que lo llevaron al poder.
Narrativa y resistencia feminista
La respuesta al discurso de Piedragil no puede limitarse a señalar las contradicciones de su narrativa. Es necesario que Morena, especialmente bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, fortalezca su compromiso con un discurso feminista que enfrente tanto las críticas externas como las internas. Esto implica no solo visibilizar los logros de las mujeres dentro del movimiento, sino también confrontar abiertamente a quienes, desde dentro del partido, reproducen narrativas que perpetúan el machismo y el neoliberalismo.
El desafío es enorme, pero no imposible. La frase “No llegué sola, llegamos todas” debe convertirse en algo más que un eslogan. Debe ser el eje rector de una narrativa transformadora que demuestre que Morena no solo promueve la equidad de género, sino que la encarna en cada uno de sus liderazgos. Esto incluye un rechazo contundente a las narrativas que deslegitiman a las mujeres, vengan de la oposición o del interior del partido.
¿Quién salvará a Morena?
La confrontación entre las narrativas de Piedragil y Sheinbaum pone en evidencia una disputa más amplia sobre el rumbo de Morena. ¿Será un movimiento que perpetúe las lógicas patriarcales y neoliberales, o se consolidará como un partido transformador que encarne los principios feministas y redistributivos de la 4T?
La respuesta a esta pregunta dependerá en gran medida de la capacidad de las lideresas de Morena para articular una narrativa coherente que enfrente las críticas internas y externas, y para demostrar que la transformación que promueven no es solo un discurso, sino una realidad tangible. Porque al final, la pregunta central no es quién atacará a Morena desde afuera, sino quién salvará a Morena de los morenistas machistas y neoliberales que traicionan sus principios.
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