Familias de Oaxaca luchan contra toneladas de lodo por desborde de río Copalita, tras huracán Agatha
Parado frente al cauce del río Copalita, un grupo de niños y jóvenes trata de abarcar con la mirada el enorme espacio que hay entre ambos márgenes, mismo que nunca en su vida habían visto llenarse y mucho menos desbordarse. Lo observan, señalan y se convencen de que el mismo cuerpo de agua, que los ha alimentado siempre, dándoles peces y camarones de gran tamaño, fue el responsable de llevarse en minutos todo lo que tenían.
En Barra de Copalita y Copalita Huatulco, las dos comunidades asentadas en las orillas del río que les da nombre, todos coinciden en que no recuerdan que el agua los golpeara con tal fuerza. Incluso los mayores, que no olvidan la devastación del huracán Paulina, dicen que ni entonces creció a esos niveles.
“Estuvo horrible, toda mi vida he vivido aquí y nunca había pasado. Todo empezó tranquilo, parecía que el río no iba a crecer. En otros huracanes que hemos pasado, como que va lloviendo y nos va avisando. Vas a ver y sí, ya está creciendo el río. Ahora fue cuestión de minutos”, narra Blanca Santiago, de 31 años, quien agrega que el río arrasó con motocicletas, autos y casas. “Hay personas que se quedaron sin nada, sólo se quedaron con lo que tenían puesto”, apunta.
Como ella, las familias de Barra Copalita, comunidad de San Miguel del Puerto, explican que ya habían pasado casi cinco horas desde que Agatha tocó tierra en la Costa de Oaxaca y, aunque las lluvias continuaban, parecía que había pasado la emergencia. Fue hasta que cayó la noche y se fue la luz cuando se percataron de que el agua estaba prácticamente en sus patios.
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